Giorgia Meloni emprende este jueves su primer viaje fuera de Italia. La nueva primera ministra italiana y líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, cuya victoria electoral en septiembre suscitó recelos por sus posturas críticas con la integración europea, ha decidido ir a Bruselas. Allí tiene previstas sus primeras reuniones cara a cara con los principales líderes de la Unión Europea (UE): la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metsola, la jefa de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el del Consejo Europeo, Charles Michel.  

La cita, en la que se espera que Meloni pida cambios para la distribución de los fondos destinados a Italia del plan europeo de recuperación postpandémica, llega después de que la semana pasada Meloni intentara, durante las ceremonias finales de su investidura, suavizar su imagen de euroescéptica aunque sin dejar de criticar al club europeo. “No seremos subalternos”, avisó al cuestionar también el europeísmo de países como Alemania y Holanda, por sus reticencias para llegar a un acuerdo común ante la crisis energética.

No ha sido la única ocasión en la que Meloni ha expresado sus quejas con los países europeos y el club que Italia contribuyó a fundar. “Mi idea de Europa es la de una Europa confederal en el que se aplique el principio de subsidiaridad. Bruselas no tiene que hacer lo que Roma puede hacer mejor”, afirmó, en una entrevista divulgada el miércoles. “Hemos tenido una Europa invasiva con las pequeñas cosas y ausente en los grandes asuntos (…) ¿Queremos decir que el súperestado europeo no ha funcionado?”, añadió al censurar también que la Comisión Europea (y no el Parlamento Europeo) tenga hoy “gran parte del poder de decisión”. 

En esta línea, Meloni también ha criticado una política exterior europea que, según ella, “no existe”. “Sobre Libia, nos movimos sin un orden en particular, y lo mismo ha pasado con la crisis ucraniana. Y luego, en cambio, vemos que se ocupan de (cuestiones de) género…”, opinó. 

Reforma judicial aplazada

Asunto aparte es la reforma judicial italiana, que está vinculada a la recepción de los fondos de la UE. La reforma, planeada por el anterior primer ministro, Mario Draghi, debía entrar en vigor el 2 de noviembre, pero ha sido postergada por Meloni. “Nuestros tribunales y jueces no están listos y esto corre el riesgo de paralizar nuestro sistema judicial”, ha defendido Meloni, al asegurar que, en cualquier caso, la reforma se pondrá en marcha antes del final de este año, el plazo límite establecido por la Comisión Europea. 

Podría no ser el único tema de discusión. De hecho, Meloni acude a sus reuniones después de que una de las primeras medidas de su Gobierno fuera la semana pasada una directiva contra las oenegés que rescatan a los migrantes que intentan atravesar el mar Mediterráneo para llegar a Europa. Algo que el nuevo ministro de Interior transalpino, Matteo Piantedosi, ha defendido como una iniciativa que salió adelante para “enviar una señal a otros Estados” europeos, según dijo en una reciente entrevista.

Migrantes en el mar

Resultado de ello es que, desde hace días, tres barcos humanitarios siguen en alta mar con casi 1.000 migrantes a bordo y sin un puerto de desembarco asignado. Ni por Italia ni por Malta. En estas circunstancias, Médicos Sin Fronteras (MSF), una de las oenegés involucradas, volvió el miércoles a pedir una solución de forma urgente. Pero no tuvo respuesta.

“Todos los rescates se llevaron a cabo en aguas de responsabilidad de búsqueda y rescate de Malta, sin embargo, el centro de coordinación maltés no dio ninguna instrucción de rescate ni ha respondido a las peticiones de puerto. MSF también ha pedido de forma oficial puerto a Italia tres veces”, informó la organización.