Violencia urbana

Alemania debate prohibir la pirotecnia tras una oleada de ataques a policías, bomberos y ambulancias

Las redes sociales se llenan de imágenes de violencia con petardos y fuegos artificiales durante las celebraciones de Año Nuevo

Policías patrullan la zona libre de fuegos artificiales de Berlín la noche de Fin de Año.

Policías patrullan la zona libre de fuegos artificiales de Berlín la noche de Fin de Año. / Reuters

Andreu Jerez

Filas de coches en llamas, balcones de viviendas privadas ardiendo, agentes de policía, ambulancias y coches de bomberos atacados por jóvenes con pistolas de fogueo parapetados tras barricadas. Las redes sociales se han llenado estos primeros días de 2023 en Alemania con imágenes de violencia registradas en Berlín y otras ciudades del país durante las celebraciones de Año Nuevo. No es la primera vez que una Nochevieja acaba así, pero servicios de emergencia y políticos coinciden en que el nivel de agresión ha alcanzado un nivel inédito e inaceptable.

Las estadísticas muestran focos de violencia en ciudades medias y grandes. En la capital, Berlín, policía y bomberos tuvieron que intervenir en 4.000 ocasiones a lo largo de la noche. El cuerpo de bomberos berlinés documentó 38 ataques con fuegos artificiales pistolas de fogueo que dejaron 15 trabajadores heridos. Los bomberos de la capital incluso publicaron un vídeo en sus redes sociales que muestra como uno de sus camiones tiene que retroceder en el distrito de Neukölln ante una barricada levantada por unas 50 personas que atacan a la unidad con cohetes, petardos y salvas de fogueo. “Da marcha atrás”, ordena perplejo uno de los bomberos mientras avisa a la policía. Sólo en Berlín hubo más de un centenar de detenciones.

Estas situaciones violentas también se dieron en numerosas ciudades del estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país. En Bonn, jóvenes quemaron contenedores y posteriormente atacaron con fuegos artificiales y petardos a los bomberos que acudieron a sofocar las llamas. En Essen y Bochum, la policía denuncia haberse convertido en blanco de los ataques en sus intentos por separar a grupos de personas que se atacaban con pirotecnia. El ministerio del Interior renano informó de 250 detenciones durante la Nochevieja.

Como una “guerra civil”

El alcalde del distrito berlinés de Neukölln, Marin Hikel, ha evitado los paños calientes y habla abiertamente de “situaciones similares a una guerra civil”. “En algunos casos, los equipos de emergencia fueron encerrados en emboscadas y atacados. Se trata de una actitud criminal”, dijo el político local socialdemócrata en una entrevista con el diario Die Welt. Por eso, Hikel apuesta por la prohibición de la venta generalizada de petardos y fuegos artificiales, muy fáciles de adquirir en Alemania y usados de manera masiva cada 31 de diciembre. Sindicatos policiales y de bomberos se han sumado a la propuesta.

El principal partido de la oposición, la unión conservadora de la CDU-CSU, y los liberales del FDP, que forman parte del Gobierno tripartito liderado por el canciller Olaf Scholz, se oponen, sin embargo, a una prohibición que interpretan como un ataque a la libertad ciudadana de celebrar. Conservadores y liberales apuestan por un endurecimiento del código penal para este tipo de ataques contra representantes del Estado. 

La ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), por su parte, aprovecha la ocasión para cargar contra inmigrantes y ciudadanos alemanes de origen migratorio, a los que responsabiliza de los incidentes. “Prohibición de entrar al país en lugar de prohibición de fuegos artificiales”, reza un tuit de AfD. Aunque no hay estadísticas concluyentes, en Alemania también se ha instalado un debate que une la migración con los incidentes registrados el pasado fin de año.

Mensaje de Scholz

La discusión ha llegado hasta lo más alto de la política alemana. El canciller federal, el socialdemócrata Olal Scholz, ha condenado duramente la violencia y ordenado una mejor protección de los equipos de emergencia y policiales. Su ministra del Interior, la también socialdemócrata Nancy Faeser, habla de un “embrutecimiento que requiere una reacción consecuente”. Los democristianos de la CDU apuestan por instalar videocámaras en todos los vehículos de bomberos, ambulancias y policía para documentar futuras agresiones. 

Una ley aprobada en 2017 establece hasta cinco años de prisión por ataques contra policías, bomberos y trabajadores sanitarios. Preguntada sobre las estadísticas oficiales durante la primera rueda de prensa de 2023 del Gobierno federal, una portavoz del ministerio del Interior confirmó más de 88.000 ataques contra agentes de policía en 2021. El 84% de los agresores que pudieron ser identificados eran hombres y el 70% de ellos, ciudadanos alemanes.