ENTREVISTA

Werner Vargas: “Hay que reestablecer el diálogo político en Nicaragua”

El actual secretario general del Sistema de Integración Centroamericana, SICA, habla con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica

Werner Vargas, Secretario General del SICA, Sistema de Integración de Centroamérica.

Werner Vargas, Secretario General del SICA, Sistema de Integración de Centroamérica. / SICA

Mario Saavedra

Werner Vargas (1972, Managua, Nicaragua) es el secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), una unión política de ocho países: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, República Dominicana y Belice. Ha estado en días recientes de gira por Europa, con parada en España, para promover la cooperación y las inversiones en la región. Su viaje se ha producido en medio de la crisis de los “apátridas” nicaragüenses: un total de 317 opositores del país que habían estado encarcelados han sido liberados, expulsados del país y arrebatados de su ciudadanía. España les ha ofrecido la ciudadanía, y varios de ellos han aceptado. 

Pregunta: ¿Qué es el Sistema de la Integración Centroamericana?

Respuesta: Es una especie de Unión Europea, si lo podemos llamar así. Un proceso de integración que tiende a la Unión Centroamericana. En 1991 se crea el SICA, producto de los Acuerdos de Paz de Esquipulas de 1986 [para resolver los conflictos militares que asolaban América Central]. Se acordó el fortalecimiento de la integración económica centroamericana. Luego se adoptó el Protocolo de Tegucigalpa para respetar los consensos en la toma de decisiones a nivel regional. 

P: En concreto, ¿qué hace el SICA?

R:  Cumbres y reuniones de líderes, y sostener una estructura institucional. Hay, por ejemplo, una Corte Centroamericana de Justicia, que administra la justicia comunitaria. Contamos con un Parlamento Centroamericano creado desde 1987 que, como todo Parlamento, también tiene sus críticas. 

P: ¿Qué críticas?

R: La relación política de los representantes con el sentir popular, la eficiencia y la eficacia de su trabajo. Si realmente están produciendo algo más allá de la disposición de resoluciones. 

P: Las resoluciones del SICA, ¿las adopta luego cada país?

R: Sí, por ejemplo realizamos una compra conjunta de medicamentos, un roaming centroamericano, el CA4, que es una especie Schengen en Centroamérica de cuatro países… El proceso de integración centroamericana SICA es el segundo proceso de integración a nivel global en cuanto a avances, después de la Unión Europea. Mucho más avanzado que el Mercosur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos CELAC o la Comunidad Andina… 

P: ¿Cómo consiguen tener una organización para países tan diversos, políticamente hablando, como Nicaragua, que está en el lugar 143 del Índice de Democracia del The Economist, es decir, es un país autoritario; o Costa Rica, que es la democracia número 17?

R:  Con tolerancia, con respeto a la autonomía y a la soberanía de cada uno de los países. Cada país tendrá su propio modelo democrático y su propio sistema. El trabajo que se desarrolle en el marco del SICA está enfocado en profundizar en aquellos temas que nos unen en el proceso de integración: el cambio climático, la gestión de riesgo, la inmigración, la seguridad, la seguridad alimentaria, la energía. Son los temas que nos permiten avanzar de manera conjunta. Dejamos de lado, o por lo menos postergamos, aquellos temas en los que no nos vamos a poner de acuerdo. En el SICA las decisiones se toman por consenso.

P: España ha ofrecido la nacionalidad a más de 300 compatriotas a los que Daniel Ortega, el presidente, ha despojado de la nacionalidad y expulsado del país. En sus reuniones con representantes españoles del Ministerio de Exteriores le van a preguntar mucho por este asunto, ¿qué les va a decir?

R: La situación de los detenidos en Nicaragua es una asunto propio del Gobierno de Nicaragua y tendrá que resolverlo el Gobierno de Nicaragua. Mi voz está orientada a representar los consensos que se han ido construyendo. 

P: Pero como nicaragüense, aunque no hable como portavoz del SICA, ¿cómo ve la situación de su país?

R: Lo importante en este proceso nacional en Nicaragua es fomentar el diálogo político. ¿Cómo? Ése es el reto: cómo logramos, a pesar de las diferencias, establecer un diálogo entre los actores sociales nicaragüenses. El conflicto del 2018 [protestas con centenares de muertos] nos dejó grandes heridas y grandes fisuras, que deben restañarse sobre la base de un entendimiento y la tolerancia, que es lo que no existe entre las partes ahora.

P: El Gobierno le está quitando las casas a gente a la que antes ha arrebatado la nacionalidad… ¿Hay alguna opción de diálogo?

R: Tiene que haberla. En los años ochenta también hubo un proceso de confiscaciones. Pero los acuerdos de paz de San Juan en el año 88 permitieron restablecer un proceso de diálogo. Posteriormente se logró un acercamiento de la clase política nacional. Por muy alejadas que puedan estar las posiciones entre los actores políticos, tiene que haber puntos de encuentro. 

P: ¿Está haciendo daño a la unidad del SICA el tema político de Nicaragua?

R: Son temas que estamos tratando de no llevar al Sistema de la Integración Centroamericana, porque no van a poder ir más allá de una discusión y van a generar un enfrentamiento entre los países sin ningún resultado concreto. 

P: España es país observador del SICA…

R:  España ha apostado decididamente por el SICA desde el diálogo de San José, participó en la construcción del Acuerdo de Paz de Esquipulas y ha estado presente en diversos aspectos de la integración económica, política, social, cultural y de salud. 

P: Más allá de la cooperación al desarrollo, ¿qué puede darle Centroamérica a España, y al revés?

R: Estamos creando un fondo entre los países miembro del SICA y el Banco Centroamericano. Si contamos con el acompañamiento de España, excelente. Además, España tiene una participación importante en materia de inversiones en la región: en telecomunicaciones, energía o turismo. Repsol, Meliá, Barceló… En Europa nos han hablado mucho del hidrógeno verde. Nosotros contamos con muchos recursos hídricos y energías renovables, lo cual nos ubica en una posición de ventaja para los inversores. Podemos realizar también compras conjuntas, como hicimos con los medicamentos, de suministros agrícolas, del parque vehicular del sector público, de los insumos eléctricos… Eso hace de nuestro mercado algo más atractivo para el inversor extranjero. 

P: ¿Qué tiene de único la región centroamericana?

R: Contamos con un mercado eléctrico regional único en su género en el mundo, me atrevería a decir, lo que nos permite interconectar a la región en 1800 kilómetros de distancia, desde Guatemala hasta Panamá. Un 74% es energía renovable, lo que facilita el acceso universal a la energía. 

P: ¿Cuáles son los principales problemas de la región centroamericana en estos momentos?

R: Somos países muy diversos, pero tenemos un común denominador: somos los menos emisores de gases de efecto invernadero, pero los más afectados producto de los efectos del cambio climático, por ejemplo por los huracanes. Los efectos del Niño y la Niña [efecto del calentamiento en la región que provoca desastres naturales] nos obligan a trabajar de manera conjunta ante los efectos del cambio climático, por ejemplo con políticas de gestión del riesgo, de construcciones o educativas. Y nos estamos posicionando conjuntamente como región ante la Conferencias de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en las reclamaciones de daños y pérdidas. Además, por ejemplo, hemos desarrollado dos simulacros regionales ante terremotos. Ahora vamos a realizar otro simulacro en Panamá para ver cómo reaccionaremos a un posible atentado en el aeropuerto o en el Canal de Panamá. 

P: ¿En qué otro problema de la región puede ayudar el SICA?

R: En el tema de la migración. Somos un puente natural entre Suramérica y Norteamérica. Esto nos pone en una situación muy complicada en relación a la atención que se le debe brindar a los migrantes que van de tránsito, pero también a los migrantes que salen de la región centroamericana, principalmente de los países de Guatemala, El Salvador y Honduras. Ahora se incorpora un poco Nicaragua, aunque en menor escala. En ese tema debemos trabajar de manera conjunta, porque no los podemos asumir de manera aislada. Panamá puede cerrar su frontera con Costa Rica, o al revés, y así sucesivamente. Estamos desarrollando un plan de acción integral para la migración.