Conflicto en el Este de África

Más de 1.000 europeos han sido ya evacuados de Sudán

Los sudaneses están luchando por conseguir alimentos, agua, medicamentos y atención médica tras una semana de enfrentamientos

Sudaneses tratan de huir de la guerra.

Sudaneses tratan de huir de la guerra. / REUTERS

Begoña González

Más de 1.000 ciudadanos europeos han podido ser evacuados ya de Sudán en una operación "compleja" pero "exitosa" iniciada durante el fin de semana por varios países de la Unión Europea, informó el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. "Ha sido un fin de semana largo e intenso tratando de sacar a nuestra gente de Sudán. Ha sido una operación compleja, pero exitosa", indicó Borrell ante la prensa a su llegada a un Consejo de ministros de Exteriores comunitarios.

El político español confirmó que más de 1.000 ciudadanos de la UE han podido ya dejar el país africano, sin precisar "cifras concretas", de los aproximadamente 1.500 que se encontraban allí al inicio de los combates desatados el pasado día 15 entre el Ejército nacional y los paramilitares, y que han dejado ya al menos 400 muertos y más de 4.000 heridos. En Jartum y otras ciudades donde la lucha es más encarnizada, oenegés como Médicos Sin Fronteras (MSF) han recibido informes de hospitales desbordados y cerrados que están quedándose sin suministros, agua, electricidad y combustible para los generadores. El personal de esos centros médicos trabaja sin descanso desde que estalló la violencia y "está agotado", afirman desde la organización.

"Muchos llevan incontables horas de guardia, proporcionando cuidados vitales en circunstancias extremadamente difíciles a pesar de las consecuencias de la situación para ellos y para sus familias. Por otro lado, el personal médico que no está de servicio no puede llegar a los hospitales para prestar asistencia vital debido a los feroces combates y a la inseguridad", explica Ghazali Babiker, representante de MSF en Sudán.

Evacuación de europeos

A pesar de la complicación para moverse por el país, Borrell apuntó que 21 miembros del personal de la delegación de la UE en el país ya se encuentran en territorio europeo, mientras que el jefe de esa misión permanece en Sudán pero ha salido de Jartum. El alto representante mostró especial agradecimiento a Francia por su labor en la operación de evacuación y a los países que han combinado sus esfuerzos para hacerla posible.

Borrell dijo que estuvo en contacto con los dos generales enfrentados, del Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), y aseguró que "ahora que ha terminado el alto el fuego tenemos que seguir presionando por un acuerdo político". "No nos podemos permitir que Sudán, que es un país muy poblado, implosione, porque enviará ondas expansivas a toda África", apostilló.

Borrell dijo que el mensaje de la comunidad internacional es el mismo: "Hay que parar la guerra, silenciar las armas y empezar a buscar una solución política porque no hay una solución militar a esto", comentó. "Nuestra gente tenía que salir porque estaban en mitad de una guerra, algunos de ellos heridos. Es imposible seguir trabajando como diplomático", comentó.

Condiciones infrahumanas

La situación para quienes siguen atrapados en Sudán es crítica. "Las personas están luchando por conseguir alimentos, agua, medicamentos, atención médica… y estamos en los primeros días. Las consecuencias y secuelas de estos enfrentamientos sobre las ya altas necesidades humanitarias serán absolutamente dramáticas", explica la gestora de incidencia de MSF que trabaja en Sudán, Cammile Marquis.

"Si los trabajadores humanitarios y médicos no pueden continuar trabajando de manera segura para brindar atención médica, apoyo nutricional y asistencia alimentaria; y si los pacientes no pueden acceder a la asistencia y llegar a un hospital sin miedo, millones de niños y otras personas vulnerables en Sudán corren riesgo de sufrir graves consecuencias médicas", asegura la colaboradora de MSF.

De hecho, antes de estallar el conflicto ya se consideraba que un tercio de la población de Sudán padecía inseguridad alimentaria. Ahora, tan solo una semana después del estallido inicial es imposible calcular hasta qué punto empeorará la situación, pero está claro que lo hará. "Solo podemos esperar que la situación empeore en todo Sudán", zanja Marquis.