Conflicto en África

El caos se apodera de Sudán: presos fugados y hospitales al borde del colapso

Los combates estallaron el 15 de abril en medio de un proceso político para poner fin al golpe de Estado perpetrado conjuntamente en 2021 por las FAR y el Ejército del país

Militares entregan ayuda humanitaria en Sudán.

Militares entregan ayuda humanitaria en Sudán. / REUTERS

Begoña González

En la mayoría no hay apenas electricidad, agua ni medicamentos, pero abundan los heridos y enfermos. La crudeza de los combates y las reiteradas violaciones de cada una de las treguas han dejado a los sudaneses sin apenas recursos sanitarios. Además entre saqueos y combates, algunos presos condenados por delitos de sangre han sido liberados de las prisiones del país.

Este mismo viernes, el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) se acusaron nuevamente y mutuamente de violar la extensión de la tregua de 72 horas, acordada la noche del jueves con la mediación de Estados Unidos y Arabia Saudí, y de continuar con los ataques pese a la entrada en vigor del armisticio. Estas acusaciones llevan repitiéndose desde el primero de los alto el fuego que han ido acordando ambas partes del conflicto.

Este desprecio por los acuerdos ha complicado la situación ya de por sí difícil que vivía el país africano a nivel humanitario. Los combates estallaron el 15 de abril en medio de un proceso político para poner fin al golpe de Estado perpetrado conjuntamente en 2021 por las FAR y el Ejército y volver a encauzar al país africano en la senda democrática.

Liberación de presos

En esta caótica situación, cientos de detenidos huyeron de tres prisiones, una de ellas la cárcel de alta seguridad de Kober, donde estaban recluidos los altos cargos del antiguo régimen de Omar al Bashir. "Estamos profundamente alarmados por los presos que han sido liberados, o bien se han fugado, de las cárceles del país", ha declarado este viernes la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, durante una rueda de prensa en Ginebra.

Todavía se desconoce la cifra exacta de presos fugados, pero a juicio de la portavoz, podrían desembocar "en más violencia, dentro de un clima generalizado de impunidad" y en medio de un progresivo "y dramático deterioro de la situación de los Derechos Humanos en el país".

El Ministerio del Interior sudanés denunció, este pasado miércoles, que combatientes de las RSF irrumpieron en cinco cárceles del país y procedieron a liberar a todos los encarcelados durante unos asaltos que se cobraron las vidas de varios guardias. Los paramilitares, por contra, acusan al Ejército de estos ataques, destinados según las guerrillas a sacar de prisión a elementos islamistas relacionados con el antiguo régimen del dictador Omar al Bashir.

Hasta el momento, el conflicto ha provocado la muerte de más de 512 civiles y más de 4.000 heridos, según el Ministerio de Salud sudanés, que apunta que la cifra de víctimas podría ser mucho mayor. Organizaciones no gubernamentales y las Naciones Unidas apuntan a que las cifras aumentarán drásticamente con la llegada de las sequías, pues la escasez está dejando a millones de personas sin acceso a los productos más básicos.

Hospitales saqueados

Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró este jueves que a pesar de las complicaciones continúan atendiendo en el país africano, pero reconocen que la situación es extremadamente difícil. "Estamos empleando todos nuestros medios en brindar asistencia en las zonas más afectadas", asegura Jairo González, responsable ejecutivo de MSF para África Oriental. "Ahora que ha estallado el conflicto y deberíamos ser capaces de entregar más ayuda humanitaria, se ha dado la situación contraria. Cada día que pasa se ven obligados a cerrar más hospitales, hay menos material y el colapso es casi total", añade. El 70% de los hospitales de Jartum están actualmente cerrados, aseguran desde la oenegé.

En El Fasher, el único hospital que sigue operativo en Darfur del Norte y que recibe el apoyo de MSF, han recibido constantemente un gran número de heridos. "Nuestros equipos trabajan día y noche para tratar a las 389 personas que ha recibido el hospital en estos diez días. Sin embargo, 53 personas han fallecido en sus instalaciones debido a la gravedad de sus heridas o a la falta de recursos para atenderles, ya que este hospital no tiene capacidad para atender llegadas masivas de heridos. Hemos conseguido ampliar el número de camas de las 36 iniciales a más de 100, pero, aún así, no hay que olvidar que este centro médico era una maternidad hasta hace solo unos días. Seguimos teniendo a muchos pacientes en el suelo y los suministros empiezan a agotarse", explican desde la organización.

La ONU, que interrumpió sus actividades tras la muerte de cinco trabajadores humanitarios, advirtió que ya no puede prestar ayuda en zonas como Darfur donde "50.000 niños sufren de desnutrición aguda". Además, 14 hospitales fueron bombardeados, según un sindicato de médicos, y otros 19 fueron evacuados por carencia de material, de personal o debido a que los combatientes tomaron zonas aledañas.