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Guerra en el este de Europa

Occidente confronta en el Consejo de Seguridad a una Rusia burlona que niega haber entrado en espacio aéreo de la OTAN

El representante de Moscú rechaza las acusaciones y tacha a los líderes europeos de "pequeños rusófobos cegados", mientras trata de tender la mano a EEUU, sin éxito

Vista general durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las violaciones del espacio aéreo ruso en Estonia antes del debate general de la Asamblea General de la ONU

Vista general durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las violaciones del espacio aéreo ruso en Estonia antes del debate general de la Asamblea General de la ONU / Kay Nietfeld/ DPA/ Europa Press

Irene Benedicto

Irene Benedicto

Barcelona

Los países occidentales confrontaron este lunes en el Consejo de Seguridad de la ONU a Rusia por la violación del espacio aéreo de Estonia, miembro de la OTAN, tras la incursión de tres cazas MiG-31 la semana pasada. Los principales representantes occidentales denunciaron una escalada calculada de Moscú, mientras el embajador ruso negó los hechos y contraatacó con un tono desafiante, acusando a los líderes europeos de "pequeños rusófobos cegados".

El bloque occidental hizo frente común: desde ministros de Exteriores de países fronterizos con Rusia, como Polonia y Estonia, hasta miembros permanentes (con derecho a veto) con intervenciones destacadas del Reino Unido y Estados Unidos, así como la Unión Europea, que advirtieron que se trataba de un acto deliberado y peligroso, recordando las violaciones previas de los espacios aéreos de Polonia y Rumanía. Rusia rechazó las acusaciones, las calificó de "histeria antirrusa" y se burló de lo que describió como un "teatro del absurdo".

Advertencias europeas

Polonia mostró su solidaridad por una causa que también es suya: fue Estonia quien convocó esta sesión extraordinaria pero el espacio aéreo polaco ha sido igualmente violado desde el inicio de la ofensiva a gran escala de Rusia en Ucrania. "No vengan a quejarse si Polonia derriba un avión o un misil la próxima vez que entre en nuestro espacio aéreo," dijo el ministro de Exteriores polaco, Radosław Sikorski, en advertencia directa a Moscú. 

El ministro estonio de Exteriores, Margus Tsahkna, afirmó que Rusia "se ha convertido en una amenaza real para la paz y la seguridad globales" y que existen "hechos contundentes" que prueban la "violación de la soberanía y del territorio estonio." Y su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen, puso voz al estado de alarma en el que viven los países bálticos y del este europeo: "Los vecinos de Rusia, y no sin razón, temen que puedan ser los siguientes después de Ucrania," dijo a la audiencia.

La representante europea no podía estar más sensibilizada al respecto: la alta representante de la UE, Kaja Kallas, que fue primera ministra de Estonia hasta 2024, acusó a Rusia de socavar de manera activa los principios de Naciones Unidas. Ridiculizó el argumento de que las violaciones aéreas fueran accidentales, describiendo la incursión en Estonia como "sin precedentes por su magnitud e imprudencia" y como "una provocación deliberada con consecuencias potencialmente catastróficas", y recordando las anteriores violaciones del espacio aéreo en Polonia y Rumanía. "Es poco probable que Rusia haya entrado por error tres veces en dos semanas. Y si fueran errores, tuvo tiempo de disculparse, pero no lo hizo. Está poniendo a prueba nuestras fronteras y minando nuestra seguridad. Rusia seguirá provocando mientras se lo permitamos", advirtió.

EEUU, con Europa

Desde EEUU, el representante estadounidense, Mike Waltz, reforzó en esta ocasión la posición europea, y dijo que los aliados defenderán "cada centímetro del territorio de la OTAN", unas declaraciones que contrastan con las amenazas del actual presidente, Donald Trump, quien en campaña dijo que si los otros miembros de la OTAN no contribuían lo que él consideraba justo, no iba a ir a defenderlos. 

Waltz advirtió de dos escenarios igualmente preocupantes: que, con estos ataques, Moscú busque deliberadamente ampliar la guerra o que haya perdido el control de sus fuerzas. "Cualquiera de las dos opciones es alarmante", afirmó, y exigió a Rusia que respete la soberanía de sus vecinos y que abra negociaciones de paz con Ucrania.

Moscú contra todos

Con todo este ataque frontal, Rusia quedó arrinconada, pero no pareció causar mella. El viceembajador ruso, Dmitry Polyanskiy, negó todas las acusaciones y tachó a los presentes de rusofobia. En su visión del mundo, Europa ha cambiado su legado cultural por un "odio primitivo" hacia Rusia, afirmando que el continente, antaño cuna del Renacimiento y la Ilustración, está hoy dirigido por "pequeños rusófobos cegados".

Todo eran "mentiras flagrantes", según dijo Polyanskiy, ya que, aseguró, los cazas rusos no entraron en Estonia y cumplían protocolos internacionales rumbo a Kaliningrado. También acusó a Ucrania y a su presidente, Volodímir Zelenski, de corrupción y abusos, citando al vicepresidente estadounidense JD Vance, que sostiene que la principal amenaza para Europa son sus divisiones internas. "Europa se ha convertido en una entidad paranoica e inestable", concluyó Polyanskiy, y añadió que Rusia no participará en un "teatro del absurdo", aunque estaría dispuesta a un diálogo serio sobre seguridad cuando Europa "supere la histeria".

Por su parte, China evitó criticar a Moscú y apeló a la "moderación" para "evitar malentendidos y errores de cálculo".

La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, interviene durante una reunión del Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas.

La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, interviene durante una reunión del Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas. / Yuki Iwamura / AP

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