La apertura de dos nuevos tramos de la Autovía de la Plata (A-66) a su paso por Extremadura --los que discurren entre Cañaveral y Cáceres-- materializó ayer la unión de las dos ciudades más importantes del norte de la región, Cáceres y Plasencia. Poco después de que concluyera la inauguración oficial, que contó con la presencia del presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, la nueva carretera se abrió al tráfico.

Con la entrada en servicio de estos dos intervalos --en concreto, Cañaveral-Hinojal e Hinojal-Cáceres Norte--, cuya longitud total alcanza los 36,8 kilómetros, ya se encuentran en funcionamiento 228,9 kilómetros de los 299,7 que sumará la A-66 en la comunidad extremeña, es decir, el 74,4%. Además, cabe destacar que esta vía ofrece una variante a la N-630 en uno de sus recorridos más conflictivos, el conocido como las curvas del Tajo .

Asimismo, se suprimen las travesías de Cañaveral y del Polígono Industrial de Casar de Cáceres y las intersecciones de Coria, Hinojal, Garrovillas y Casar de Cáceres. De esta forma, la autovía resta peligrosidad y tiempo al viaje entre Cáceres y Plasencia, si bien la ruta más directa hacia Coria continúa siendo la que ofrece la N-630.

TRAMOS CONFLICTIVOS Incluso el presidente del Ejecutivo regional, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, destacó durante su intervención que los dos nuevos tramos eran hasta ayer los "más conflictivos y peligrosos" de la Ruta de la Plata, así como "los que más tiempo habían hecho perder", como consecuencia de las curvas que presentaban y los accidentes geográficos de la zona.

Además, Ibarra hizo referencia una vez más al retraso histórico --"de más de 50 años"-- con que las infraestructuras llegan a Extremadura. No obstante, el máximo dirigente extremeño instó a "mirar hacia adelante, en vez de por el espejo retrovisor", para aprovechar "el tiempo precioso que hayamos podido perder hasta ahora".

Igualmente, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, describió la nueva carretera como "motor de progreso y desarrollo que permitirá superar los desequilibrios heredados y mejorar la calidad de vida y las perspectivas de futuro". En este sentido, recordó que el Gobierno adoptó, en el Consejo de Ministros celebrado el año pasado en Mérida, una serie de compromisos con el suroeste español "que ahora se están cumpliendo".

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