Solo tiene 14 años pero Elena ya sabe lo cruel que puede llegar a ser la vida. Nacida en Madrid y criada en el barrio de Salamanca --uno de los más pudientes de la capital española--, lo único que hizo mal fue enarmorase de un "guaperas" rumano ocho años mayor que ella que la embaucó hasta que consiguió que el pasado mes de septiembre abandonara a su familia y su hogar, situado en la calle Serrano, para vivir retenida de forma ilegal en un antro ubicado en el número 71 de la calle La Sierra en Arroyo de San Serván, donde además presuntamente, era obligada a prostituirse con vecinos de la localidad.

Ahí permaneció hasta el pasado día cuatro, cuando Pedro, un agente de la Policía Local arroyana en segunda actividad, consiguió liberarla gracias al favor de sus contactos personales. Elena fue rescatada, recibió atención médica y pudo volver a su casa aunque según Pedro, "lo más probable es que esto no lo supere nunca".

La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, informó ayer de que ya eran 12 las personas detenidas por la Guardia Civil acusadas de secuestrar y explotar sexualmente a Elena, siete rumanos y cinco extremeños, todos varones y vecinos de Arroyo de San Serván, aunque no se descartan nuevas detenciones puesto que la investigación sigue abierta bajo secreto de sumario.

Los rumanos, acusados de un delito de detención ilegal y explotación sexual, permanecen retenidos en el calabozo de Badajoz y los extremeños, a los que se les atribuye un delito de explotación sexual --supuestamente mantuvieron relaciones con la menor sin su consentimiento a cambio de dinero--, han quedado en libertad con cargos. Según pudo saber este diario, entre ellos se encuentran el juez de paz de la localidad, Francisco Izaguirre, y un exconcejal de Izquierda Unida. Este último no aguantó la presión y terminó suicidándose de un disparo en la cabeza con una escopeta de caza a primeras horas de la tarde de ayer, según confirmó su primo hermano, Daniel Cangas.

DESAPARECIDA La Policía Local de Arroyo de San Serván confirmó que todo apunta a que Elena, perteneciente a una familia acomodada, abandonó su hogar en la calle Serrano de Madrid de forma voluntaria y que llegó al pueblo engañada por su novio de 22 años, uno de los rumanos detenidos y al que definieron como "el típico guaperas". Al faltar Elena de su casa, los padres denunciaron la desaparición de la niña el pasado mes de septiembre ante la Policía Nacional en la comisaría de Chamartín, en Madrid, desde donde se iniciaron las investigaciones precisas junto con la Guardia Civil.

Durante estos tres meses, la niña ha vivido alejada de sus padres y retenida contra su voluntad en una casa maloliente y sucia, en pésimas condiciones, sin agua corriente ni luz, junto a otros "20 o 30 rumanos", según la Policía Local. Tiempo en el que además, ha sido supuestamente obligada a prostituirse.

Sin embargo, ninguno de los vecinos consultadas por este diario asegura haberla visto nunca. "Dicen que es muy guapa y que solo la sacaban de noche, que la llevaban a una cabaña en la sierra y que ahí iban los que se acostaban con ella. Pero yo no se nada", decía Pedro López, uno de los vecinos. "Todos los detenidos españoles son de aquí del pueblo, y en su mayoría son mayores y solterones. Solo el juez de paz estaba casado, con hijos y nietos", decía ayer por la mañana.

Pedro es uno de los pocos que se atreve a hablar y dar la cara. "El resto tienen miedo porque esto es gordo, pero yo no porque no he hecho nada", afirmaba. Y es cierto. Los vecinos tienen miedo, tal vez porque el 10% de los 4.000 habitantes de Arroyo de San Serván son rumanos. "Los rumanos, que nos han invadido, son como una mafia", aseguraban convencidos. Ninguno de ellos confirmó abiertamente haber visto a la niña ni tener conocimiento de su existencia, tan solo la percepción de que "es muy guapa". Ni siquiera los vecinos de la calle La Sierra, donde estuvo retenida, que dicen haberse enterado de todos los acontecimientos ocurridos en el pueblo "cuando llegaron los furgones de la policía y la Guardia Civil a por ella".

ESTUPOR Así, en medio de un gran estupor, dicen que ´lo de la niña´ les ha cogido por sorpresa y aunque ninguno quiere hablar abiertamente, en bares, peluquerías y comercios locales no se comenta otra cosa. Y no es para menos, puesto que son cinco detenidos en un pueblo de 4.000 habitantes. "Todos buenas personas", según los vecinos. Entre ellos el juez de paz, casado, con hijos y nietos, y un ex concejal de Izquierda Unida, que no aguantó la presión y terminó quitándose la vida con una escopeta de caza, a la que era aficionado, a primeras horas de la tarde de ayer en su casa.

Y mientras, el alcalde de la localidad, el socialista Juan Moreno, sin saben nada del asunto. Ni siquera que su juez de paz era uno de los detenidos. Así lo manifestó a este diario, al ser preguntado ayer por el asunto. "Yo no se nada, más que lo que veo en la prensa, y no tengo nada que decir porque hasta el momento todo son suposiciones y presunciones. Hasta que no concluya la investigación, no sabremos qué es lo que ha pasado realmente y quiénes son los culpables", decía indignado.

Lo que está claro es que la investigación sigue su curso y aunque tal vez haya más detenidos y los culpables tengan que pagar por su delito --algunos ni siquiera lo han soportado-- es difícil que una niña de 14 años supuestamente obligada a ejercer la prostitución llegue a superar, y mucho menos olvidar, ni ella ni su familia, por todo lo que ha pasado.