¿Cerrar centros, bibliotecas, espacios y servicios destinados al alumnado,...? ¿Recortar en personal, en calidad, en investigación,...? ¿Disminuir becas, subir tasas,...? Las respuestas están en el aire y en la mente de la comunidad universitaria, que espera cualquier medida de este tipo si finalmente la Uex no cuenta este año, como mínimo, con los fondos que recibió de la Junta el pasado año. Algo poco probable ya.

Los detractores de meter la tijera en la educación superior extremeña argumentan, entre otras cosas, que la aportación pública a la universidad se viene reduciendo paulatinamente desde el año 2009. Las transferencias a la Uex bajaron un 5% en el 2010 y volvieron a caer otro 5% el pasado año --excluyendo las partidas destinadas a becas, movilidad e inversión en infraestructuras, que en el 2012 suponen 3,2 millones frente a 1,8 millones del 2011--.

Por otra parte, los pocos que públicamente defienden los recortes en la Uex argumentan que la institución mantiene titulaciones con escasa demanda y rentabilidad. "Es cierto que hay asignaturas que tienen más profesores que alumnos y que hay que hacer un debate en profundidad pero lo que está en juego ahora es la aportación básica que necesita la Uex para sobrevivir", señala Felipe Martín, representante del PAS. Lo mismo opina Paco Llera, de CCOO, contrario a cualquier recorte y defensor de hacer una reflexión sobre el modelo de universidad que Extremadura se puede permitir.

El presupuesto que elabora anualmente la Uex viene marcado por los fondos que recibe cada año del Gobierno regional a través de la subvención básica establecida en la ley 18/2010 de PGEx. Otra inyección de ingresos son las tasas que cobra a los estudiantes por las matrículas y otros servicios. La experiencia demuestra que mientras se ha ido reduciendo la aportación de la Junta, la de los estudiantes se ha venido incrementado desde el 2010, tras un año congelada.

Este año los alumnos están pagando un 3,6% más que el curso anterior, cuando ya subieron un 1,5% respecto a un año antes --en ambos casos fue la subida mínima establecida--. Así, en función del grado de experimentalidad de los títulos, estudiar un grado de Medicina, Veterinaria o Enfermería se ha encarecido en solo un año casi 40 euros --1.064 por curso--, y decantarse por Filologías cuesta 20 euros más --592--.

El año pasado la Uex se reembolsó más de 27 millones de euros por las tasas universitarias y este año la cifra será similar, puesto que aunque el precio es superior el número de créditos matriculados es inferior. Toda esta recaudación se destina principalmente a pagar las nóminas de los trabajadores de la universidad, 1.868 profesores --947 funcionarios, de los que 133 son catedráticos, y 921 personal laboral-- y 867 trabajadores del PAS --más de 600 funcionarios--. El año pasado pagar sus nóminas supuso un desembolso de 98 millones, cinco más de los que aportó la Junta.