UN FENÓMENO HABITUAL

J Los ciclos de sequía son frecuentes en la cuenca del Tajo con una duración e intensidad variable. Entre las sequías más importantes destacan las que afectaron a Extremadura en el periodo entre 1990 a 1995, tanto por su duración (cinco años) como por su intensidad, ya que la precipitación media apenas alcanzó los 500 mm anuales. En el periodo entre 2004 y 2009, se sucedió otro periodo de de sequía en la cuenca con una media de 575 mm y unos valores mínimos de 401mm 2004 y de y 500 mm en 2009, respectivamente.

PLANES ESPECIALES

J Las cuencas de los principales ríos cuentan con unos planes especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía. Los planes especiales se crearon en 2007 y en ellos se articulan medidas de control, evaluación de riesgos, organización de la toma de decisiones e implantación de medidas mitigadoras necesarias para minimizar la frecuencia e intensidad de las situaciones de escasez de recursos. También buscan reducir los efectos ambientales y socioeconómicos de estas situaciones extremas. En estos momentos tanto el plan especial de sequía del Tajo como el del Guadiana se encuentran en periodo de revisión y se están llevando a cabo charlas para dar a conocer las claves de los nuevos documentos. Este proceso de revisión permite potenciar el sistema de indicadores para diferenciar las situaciones de sequía hidrológica de las de escasez y para mejorar las medidas coyunturales para mitigar sus efectos.

POR LEY

J El Congreso de los Diputados ha aprobado este mes el proyecto de ley con un conjunto de medidas de apoyo para paliar las pérdidas de los agricultores como consecuencia de la sequía. Incluye actuaciones como las exenciones en las tasas de riego o moratorias en el pago de las cuotas a la Seguridad Social, y también la reducción de las peonadas para cobrar el subsidio agrario.