Internet se ha convertido en un bien de primera necesidad. Conectarse con la gente, mantenerse informado, trabajar desde casa, estudiar sin pisar la universidad, contactar con clientes y proveedores, realizar trámites burocráticos, acceder al banco, inscribirse en una oferta de empleo, planear y reservar viajes... Sin embargo, muchas de estas tareas resultan complicadas en varios puntos de de la comunidad.

Según el último informe del Ministerio de Economía y Empresa -referente al primer semestre del 2018- solo la mitad de los hogares extremeños (el 55,6% frente al 81% de media nacional) tiene una cobertura de banda ancha fija igual o superior a los 100 megabits por segundo (Mbps) que garantiza conexión suficiente en un hogar estándar desde varios dispositivos conectados al mismo tiempo. Ese porcentaje significa que prácticamente la otra mitad de la región navega por la red con peor calidad y hay casos en los que prácticamente puede decirse que viven desconectados. Esto es lo que le ocurre al 5,7% de la población extremeña que vive en lo que se denominan zonas blancas, aquellas que el ministerio define como puntos en los que no se dispone de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación ni hay previsiones para su dotación por algún operador en el plazo de tres años.

Según los datos del ministerio, en Extremadura hay 280 entidades singulares de población (ESP) -que pueden ser áreas o barrios dentro de un municipio-, con una población de 61.204 personas, que están catalogadas como zonas blancas. En estas las posibilidades de escoger operador, tarifa o tecnología con la que conectarse a internet es muy limitada y la calidad de la cobertura prácticamente nula. Que se lo digan a los habitantes de Táliga, uno de los tres únicos municipios extremeños -junto a Cheles y Cordobilla de Lácara- donde no se alcanza una cobertura de banda ancha de 2Mbps, según el informe.

«ES DESESPERANTE» / «Tenemos un hándicap muy importante, las comunicaciones digitales a día de hoy son fundamentales para estar en el mundo y aquí tenemos muchos problemas, nos sentimos olvidados y no escuchados», cuenta David Fernández, alcalde de Táliga. Y cita ejemplos: dificultades en la farmacia del pueblo para encargar medicinas, trámites municipales online que llegan a la Junta al límite de plazo, una empresa con más de cien trabajadores que ha tenido que realizar una fuerte inversión para conectarse vía satélite y poder mantenerse en el pueblo, una emprendedora que para ofrecer internet a los clientes de su casa rural se ha costeado un punto de wifi propio... «Porque de otra manera es imposible».

El alcalde lamenta que al final los criterios económicos prevalezcan por encima del servicio público. «Las empresas no apuestan por los núcleos rurales donde tienen poca posibilidad de clientes. A día de hoy, aquí solo opera Movistar gracias a un convenio de colaboración que firmamos y por el que nos han instalado una antena de la que ahora se benefician también Yoigo y MásMovil, pero no tenemos opciones de elegir compañía, ni tarifa... es más, en ocasiones los contratos son por un determinado número de gigas que luego en realidad no tenemos». Y esta situación es para el alcalde una cuestión de «injusticia digital porque no tenemos acceso al libre mercado». A los términos economicistas se une también una orografía algo complicada. «Estamos en un valle, rodeado de varias sierras». Pero insiste en que eso no debe ser óbice para encontrar soluciones.

El consistorio con ayuda de subvenciones de la Junta ha logrado instalar dos puntos wifi en el municipio que mejoran la conexión al menos en los edificios públicos a través de un anillo de fibra óptica «que hemos cerrado hace 20 días, aunque la señal sigue siendo ADSL». Y eso en los edificios públicos, en los hogares funcionan fundamentalmente con ADSL «que a veces se cae y cuando vuelve apenas tiene velocidad. Es desesperante; mejorar la cobertura de banda ancha y ser capaz de atraer a otras compañías es una prioridad absoluta y creo que los pueblos deberíamos unirnos y reivindicar una conexión digna».

Más suerte tienen con el 4G que ha llegado a la localidad hace apenas dos meses. «Movistar se comprometió y cumplió, y yo ahora prácticamente todo lo gestiono con el móvil porque es la mejor forma de hacerlo bien y rápido».

LA ADMINISTRACIÓN / La brecha digital, por tanto, sigue existiendo en función del lugar en el que se viva. «Entendemos que Extremadura presenta unas características geográficas y demográficas específicas, por ellos venimos reclamando al ministerio un esfuerzo mayor para nuestra región del que ya se viene realizando», explican desde la Secretaria General de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Junta. Aseguran que apoyan las últimas medidas que desarrolla el Estado para llegar a las zonas de peor cobertura, pero solicitan «que se tengan en cuenta esos aspectos diferenciadores de Extremadura con respecto a otras comunidades en el diseño normativo de los planes de ayudas al despliegue de infraestructuras de telecomunicaciones, así como en la fijación de los objetivos a alcanzar», señalan. A su juicio, además, hay más zonas blancas de las que contabiliza el Estado.

En la actualidad el Gobierno central, a quien competen en exclusiva las telecomunicaciones y su desarrollo, tiene en marcha varios programas cuyo objetivo es alcanzar el 100% de cobertura de banda ancha en la totalidad del país. «Los datos actuales de cobertura se van a ver ampliamente mejorados en cuanto concluyan los proyectos financiados con el Programa de Extensión de la Banda Ancha de Nueva Generación (PEBA-NGA) de los años 2016, 2017 y 2018», explican desde el Ministerio de Economía. Este programa busca acelerar el despliegue de las redes de capacidad superior a 100 Mbps, mayoritariamente fibra óptica, en las zonas rurales y blancas. De hecho, estiman que el porcentaje de hogares extremeños que alcanzarán la cobertura de 100 Mbps pasará del 55,5% actual al 80,8% en el año 2020.

400 EUROS DE AYUDA / A esto contribuirá una nueva convocatoria de este plan estatal que se celebrará este año y que destinará a Extremadura más de 8,8 millones en ayudas que beneficiarán a más de 126.000 extremeños, aseguran. A esta, se suman ayudas a la instalación de conexiones de banda ancha (satélite incluido) que ofrece Red.es: «hasta 400 euros disponibles para todo aquel particular o empresa al que a día de hoy no le llega una velocidad mínima de 30 Mbps»; y también el programa Escuelas Conectadas que prevé instalar puntos wifi y fibra en todos los centros educativos de la comunidad. «Esto muchas veces incentiva a los operadores a desplegar redes por el resto del municipio: una vez que la fibra llega hasta el colegio del pueblo, en ocasiones aprovechan para cablear también los hogares, el ambulatorio...».

Desde la Junta apoyan estas medidas y llevan desde 2014 trabajando en una línea propia para apoyar el despliegue de redes de nueva generación en los municipios pequeños. «Se trataría de ayudas a operadores de telecomunicaciones, con una intensidad mayor que las del ministerio, de forma que resultasen más atractivas para estos», pero de momento, el ministerio no ha dado suvisto bueno.