El crucero Costa Pacífica, operado por la compañía italiana Costa Cruceros, navegó ayer viernes rumbo a Génova (Italia) en contra de la voluntad de 180 españoles que lleva a bordo. Celia (65 años) y Concepción (69 años), dos de las pasajeras afectadas, lo tenían claro: «Los españoles no nos vamos a bajar del barco en Italia», aseguraron a este diario telefónicamente. Se trata de un crucero al que el estallido de la epidemia en Europa sorprendió cruzando el océano Atlántico. Partió de Argentina el 3 de marzo y, aunque no hay infectados por covid-19 entre su pasaje -que incluye también a 950 argentinos- ya no pudo amarrar en ninguno de los puertos españoles programados: Santa Cruz de Tenerife, Arrecife, Málaga y Barcelona. El barco bordeó la costa española hasta Francia.

La única manera de regresar a casa para los españoles -y los argentinos que iban a dejar el barco en España- era, según prometió el capitán, desembarcar en Marsella. Pero las autoridades francesas comunicaron una vez allí que solo podían abandonar la nave los franceses. El resto ha tenido que seguir forzosamente hasta Génova.

Un porcentaje alto de los viajeros son de edad avanzada y, en consecuencia, población de riesgo reticente a pisar Italia. Además, según subrayó Celia, regresar a España desde Génova será muy difícil dadas las restricciones de movilidad activadas por las autoridades. «Estamos desesperados, esto es un desastre», explicó. «Se sienten mediosecuestrados», contaba desde Barcelona Javier, hijo de Roberto, uno de los pasajeros. «Mi padre tiene 82 años y es muy arriesgado que pise Italia en esta situación. Además, el viaje que él compró era hasta Barcelona y ahora lo llevan a Génova por la fuerza».

Fuentes de Costa Cruceros afirman que el capitán no ha tenido elección a causa del cierre de puertos y que en cuanto el pasaje llegue hoy a Génova la compañía hará un «cordón sanitario» para trasladar a los huéspedes al aeropuerto y meterlos en aviones de regreso a sus países de origen.