"Ni nos olvidamos, ni perdonamos". "Las heridas aún no están cerradas, su único tratamiento es la verdead y la justicia". "Por lo menos ahora descansan tranquilos en un lugar digno". Son frases repetidas ayer por familiares de fusilados y desaparecidos víctimas de la represión franquista en Mérida durante la guerra civil española. Ayer, los restos encontrados el verano del 2008 en las tapias del cementerio enterrados en cuatro fosas comunes recibieron sepultura en un mausoleo construido por el ayuntamiento emeritense, en medio de una gran emoción y con constantes gritos de "viva la república". Entre los presentes, dos líderes de izquierda: el alcalde de Mérida, Angel Calle; y el coordinador regional de Izquierda Unida, Pedro Escobar. Calle incluso reconoció ante todos los presentes que ese homenaje "se tenía que haber hecho hace muchos años", aseguró que "la mejor época del siglo XX fue la segunda república" y levantó el puño al final de su intervención.

Pero ayer no era el momento de hacer política, sino de enterrar en un lugar digno a los represaliados. Y así se hizo. Tres féretros con restos óseos hallados en las excavaciones del verano del 2008 descansan ya en paz en un mausoleo en el que se puede leer: "Estáis en nuestra memoria. En este lugar reposan restos de la represión franquista en Mérida".

Sin embargo, "las heridas aún no están cerradas", como refleja un manifiesto leído por Teresa del Olmo García, nieta de un desaparecido en la zona de La Vera, y no lo estarán hasta que prevalezca "la verdad y la justicia", y su lucha, la de los familiares de los represaliados, "no terminará hasta que todos los afectados por la represión sean reconocidos".

Son muchas historias de sufrimiento, como la de Juan Moreno Sánchez, que ayer no pudo reprimir las lágrimas al recordar a sus abuelos Alonso Sánchez y Genaro Moreno.

Una larga lista

Antonio Rodríguez García, Pedro Barrena Puerto, Tomás Rivero Muñoz, Lázaro González Matos, Miguel Delgado Jiménez, Diego Osorio, Francisco Clemente Espada, Isabel García Moreno, Francisco Pérez Sánchez, Alonso Sánchez, Genaro Moreno, José Márquez Sánchez... son sólo algunas de los 3.500 o 4.000 personas que fueron fusiladas o que permanecen desaparecidas desde que el 11 de agosto de 1936 las tropas del general Franco tomaran Mérida, según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Mérida.

El depósito de una encina como símbolo de la libertad, y de un olivo por la paz, la suelta de palomas y los acordes de la canción Al alba , de Aute, cerraron un día histórico.