Mérida durante siglos ha tenido las Siete Sillas. Siete eran los enanitos de Blancanieves. Y los Niños de Ecija. Y las siete vidas de un gato. Y los Pecados capitales: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia, soberbia. Y siete novias para los siete hermanos. Y la semana tiene siete días.

El domingo es para descansar, pero el 24 de mayo no descansará ni Dios con las elecciones autonómicas y locales. Y son siete los candidatos a la alcaldía de Mérida. Verbi gratia: por el PP, Pedro Acedo; Antonio Rodríguez Osuna, PSOE, tiene que cambiar la lista y poner a Mercedes Carmona, abogada y presidenta de la asociación de vecinos Proserpina, del SIEX, si se llega hoy a un acuerdo. Por IU sigue Alvaro Vázquez, funcionario de la Junta de Extremadura. De Podemos, con muchas posibilidades, Fran Jorge, diseñador multimedia; de UPYD, Fran Medina, poeta; Angel Avila, por Extremeños, formado por los componentes del Prex-Crex e IPEX; y nos queda Ciudadanos, que se celebrará una asamblea en el centro cultural Alcazaba para elegir el candidato.

Siete con ganas de poder. Todos creen que van a ganar, de los siete sólo uno será alcalde y, si no hay mayoría absoluta, las negociaciones serán durísimas. Más de uno se la juega y más de dos también. Van a depender mucho los componentes de las listas. Algunos, seguro, les costará elegir los 25 candidatos con sus suplentes. Y los que tienen mucho donde escoger, las van a pasar putas para evitar desechos de tientas. Alguno se va a llevar una sorpresa morrocotuda. Vivir de la política no es muy recomendable, aunque para algunos ha sido gratificante y bien remunerado. Hay apellidos que desconciertan. ¿Pues este no era de...? Sí, pero su abuelo ya despuntaba en... Y así, apellidos de una determinada opción política están en otra. Un pueblo cercano a Mérida la familia alterna la alcaldía. Un hermano del PP, el otro del PSOE. Ni lío, ni oposición, ni leche ni ná.

Mérida hará una fotografía de los siete candidatos sentados en las Siete Sillas. ¿Emperador? ¿Califa? Lo más seguro es que cualquiera sabe.