Arquitecto de profesión y apasionado del patrimonio monumental emeritense. El vínculo de Rafael Mesa con el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR) se remonta a 1986, año en el que se inauguró la sede actual de la institución museística diseñada por Rafael Moneo. Ya en 1990 entró a formar parte de la Asociación de Amigos del Museo Romano, de la que es su presidente, y por la que trabaja de forma activa, ya que está formada por más de un millar de socios.

-¿Cómo llegó al museo romano?

-A primeros de 1986 salió una plaza de arquitecto para un año en el museo y la gané. Estaba destinada a dibujar todos los paneles de sala y lo que se necesitara en el montaje de la exposición. A partir de ahí me vinculé mucho con el museo haciendo otros trabajos. A la asociación llegué en 1990.

-¿Cuándo se creó la asociación?

-La asociación se fundó en 1983 cuando el edificio del museo ya estaba acabado y se estaba rematando la sala. Un grupo de personas crearon la asociación para dar a conocer cómo era ese edificio de Rafael Moneo y la importancia que iba a tener en el futuro, por lo que empezaron a viajar por toda la región contando lo que era el museo. En el año 90 le dimos una vuelta a la asociación con otro tipo de actividades. Pusimos en marcha la tienda de museo y dos líneas editoriales, la revista Anas y Cuadernos emeritenses. Realizábamos aquellas actividades en las que podíamos ayudar al museo y las que nosotros poníamos en marcha. A día de hoy seguimos ayudando en todas las actividades del museo, además de organizar los conciertos y los congresos, por ejemplo.

-¿Qué opina de los voluntarios?

-El grupo de voluntarios culturales, que ahora son más de una veintena, es fundamental para la asociación y el museo. Hacen una labor espléndida a lo largo del año ayudando a recorrer el museo. Además, el museo ha conseguido ahora, a través de la Fundación de Estudios Romanos, un programa erasmus para formación del voluntariado con los museos de los foros imperiales de Roma y el arqueológico de Lisboa.

-¿Algún proyecto pendiente?

-Con el Instituto de la Juventud de Extremadura, y desde la asociación, vamos a poner en marcha a partir de 2020 una sección juvenil. Es difícil que la gente joven, porque está organizando su propia vida, se vincule a movimientos culturales de este tipo.

-¿Qué va a pasar con la ampliación del museo romano?

-La directora del museo, Trinidad Nogales, se va a reunir este semana con Rafael Moneo en Madrid para perfilar los últimos flecos del proyecto de ampliación. Ojalá pudieran empezar las obras para el verano que viene. La ampliación es ya algo fundamental para el museo romano debido a que, entre otras cosas, necesita más despachos y una sala de exposiciones temporales que sea fácil de manejar. También hay que redistribuir la planta de entrada y que en todo el edificio nuevo haya una zona de archivos.

-¿Qué supone el museo para la ciudad de Mérida?

-En el año 86 supuso un cambio en la forma de ver el yacimiento emeritense porque cambió la concepción de los museos. El museo empezó a verse como un edificio de arquitectura muy potente que contenía un legado inmenso. El edificio de por sí es tan atrayente, y nos recuerda tanto a la arquitectura romana, que todo el mundo ha venido a verlo. A día de hoy tiene unos 200.000 visitantes al año, que son muchos.