A mí mi padre no me tenía que decir lo que hacía por mí pues lo sentía (desde la cama) cuando se levantaba a las cinco y diez para ir a la fábrica de papel y tener todo listo para el turno de las seis. Esa noción de esfuerzo se transmitía entonces de padres a hijos sin necesidad de palabras (mira lo que hago por ti) de tal manera que han pasado muchas lunas desde que mi padre amanecía muy de madrugada y aún tengo grabados esos despertares en mi alma, junto al profundo convencimiento de que eso lo hacía por mamá, por mis hermanos y por mí, para que nuestras vidas fueran mejor que la de nuestros abuelos, y eso en unos tiempos en los que por mentalidad, situación económica o social la libertad no tenía los amplios horizontes en los que nuestros hijos se mueven hoy.

Esto de la libertad a los hijos es arduo asunto, claro que tirando por elevación uno todavía entiende menos la libertad que Dios nos da a nosotros para que hagamos lo que nos dé la gana. ¡Es insondable y misterioso el respeto de Dios a mi libertad! Pero corren tiempos difíciles para hacer valer la necesidad del esfuerzo a las jóvenes, y no tan jóvenes, generaciones que lo han tenido todo, sin comparación a sus padres, y que no acaban (ni empiezan) a entender que las personas ocupadas son las que sacan las cosas adelante, las ociosas las posponen; que ningún ideal se hace realidad sin sacrificio. (¡Niégate, es tan hermoso ser víctima! San Josemaría), que hay que buscar un porqué en la vida, un significado, que eso es más importante que buscar la felicidad, que no nos estaría mal de vez en cuando preguntarnos por el sentido de lo que hacemos.

Que la vida iba en serio uno lo empezó a comprender más tarde, ahora parece que algunos lo hacen tardísimo o nunca, desmotivados para la vida laboral o espiritual. Si esto es el progreso (como de la honda a la bomba) que venga Dios y lo vea. Lo advierte Marina: «Antes de preocuparte de que mundo dejas a tus hijos, preocúpate de qué hijos dejas a tu mundo». Preocupado estoy pero siempre me quedará reír... y después pensar.