Si el 2020 fue un año duro para el turismo, este 2021 no pinta mucho mejor. Los cierres perimetrales aplicados en el puente de San José han dejado los hoteles de la ciudad con apenas un 17% de ocupación, pese a que las previsiones iniciales eran buenas para todo el mes. «Una vez que se cierran las comunidades empezaron a caer las reservas hasta quedarnos en mínimos», dice el presidente de la Asociación de Hoteleros de Mérida (Ashomer) y director del Tryp Medea, José Luis Hernández.

Según explica, para el puente de San José la ciudad habría conseguido «casi con toda seguridad el completo», pues las reservas procedentes sobre todo de Madrid habían dejado los hoteles al 65%. Justo una semana antes, tras decidirse el cierre perimetral de todas las autonomías, fue cuando comenzaron a producirse las cancelaciones de una manera masiva. «En su inmensa mayoría era gente que adelantó las vacaciones de Semana Santa en previsión de que en estas fechas se cerrarían las comunidades», explica Hernández, que apunta que se trataba sobre todo de parejas y familias.

En la misma línea se expresa Daniel del Amo, director del Parador de Mérida y también de Ashomer. En su caso, asegura que el hotel se estaba manteniendo con el 10% de las habitaciones vendidas, pero cuando comenzaron a levantarse las restricciones se llegó hasta un 75% «en cuatro o cinco días». «Esto nos hizo pensar que el mes de marzo iba a ser bueno, con un puente de San José lleno y tomando color entre semana, aunque en Semana Santa todo estaba más parado», afirma. Pero cuando se decidió el cierre, «se canceló todo y ahora no tenemos nada», dice.

Las perspectivas para los próximos meses no son buenas, pues sin movilidad no hay turismo. El sector tiene ya todas las esperanzas puestas en el verano, pero todo dependerá de la vacunación. «La movilidad se conseguirá una vez vayamos avanzando en la vacunación, que por unas causas u otras está como está», lamenta Hernández.