El antiguo hostal Salud, ubicado en la calle Vespasiano, abrió sus puertas el pasado mes de diciembre con la finalidad de dar cobijo a personas sin hogar en plena ola de frío. El próximo 30 de abril echará su cierre definitivo hasta el invierno que viene. La capacidad total del establecimiento es de 15 plazas y por este han pasado en los últimos meses 75 personas de todas las edades, desde chicos de 19 años hasta mayores de 75. A todas ellas se les ha proporcionado un techo donde dormir, comida, aseo y actividades de entretenimiento, entre otros servicios, a través de esta iniciativa promovida por el gobierno regional y el ayuntamiento, 

Cabe señalar que muchos de los que estuvieron en el hostal se fueron para acabar volviendo, otros encontraron nuevos centros de alojamiento o bien acudieron a la vivienda de algún familiar, además, algunos también encontraron un trabajo en este tiempo. José Manuel Tejado es una de las 15 personas que están actualmente en el centro. «Llegué hace dos semanas y debido a las circunstancias de la vida me han traído hasta aquí, vamos poquito a poco a ver cómo se soluciona la cosa, ya que no tengo un sitio en el que quedarme quieto, siempre tengo que estar de un lado para otro», comenta.

José Manuel Tejado, usuario del establecimiento. N.P.

Manuel Culebra también sigue alojado en el establecimiento y ha sido el encargado de redactar un escrito, en nombre de todos los residentes de este centro de emergencia social, solicitando a la Junta de Extremadura que mantuviera las instalaciones abiertas, más allá de la fecha prevista para su cierre. «Llegué hace ya unos meses y realmente el objetivo de la integración se cumple, si se cierra el centro, salir de aquí implicaría un enorme retroceso porque volveríamos a la calle», explica. 

Desde la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales señalan que la mayoría de los usuarios que permanecen en el antiguo hostal Salud cuentan con recursos privados o públicos para el alojamiento, salvo cuatro de ellos, a los que «se les dará una respuesta institucional» por parte de la Junta.

Durante el tiempo de estancia, estas personas han podido tener un techo donde dormir, asearse, o comer. Diariamente hacen vida en el centro, limpian las habitaciones, las zonas comunes o realizan coladas. La labor de los voluntarios también ha sido muy bien recibida por todos los residentes, como es el caso de Nancy, una chica que asiste todos los días a colaborar con las tareas de limpieza del centro, además de los auxiliares y trabajadores sociales que han prestado su ayuda a los residentes. 

El trabajador social David Tobaja, que ha estado al cargo del centro, destaca que la labor realizada por el personal ha cumplido los objetivos: «Hemos funcionado fenomenal, todo el equipo ha estado por encima de lo que se pedía, nuestro objetivo es que una vez que las personas salen de aquí no vayan de nuevo a la calle».