La nueva imagen que luce la calle José Ramón Mélida, cubierta por un entoldado de unos 200 metros, satisface a los comerciantes de la zona, pero entre los vecinos hay disparidad de opiniones. A juicio de los empresarios, la instalación para dar sombra favorecerá el tránsito de ciudadanos y turistas durante el periodo estival, lo que servirá a su vez para fomentar el comercio local. Cabe recordar que las obras se iniciaron a finales de enero, tras adjudicarse por parte del ayuntamiento a Al Senera Obras y Servicios S.L.U., por un importe de 78.155,13 euros (IVA incluido).

Desde la asociación de comerciantes Emérita Augusta, la presidenta Patricia Llanos, afirma que «Mérida es una ciudad turística donde viene muchísima gente y llevamos años pidiendo toldos en esta calle y en las aledañas». Por su parte, el gerente de la tienda Terracota Juan Manuel Pérez comenta que están «muy contentos, ya que hacía mucha falta incorporar estos tendidos porque al final los turistas sufren el sol y la gente necesita sombra». 

Coincide con esta idea la propietaria de Bronce Romano Luisa Martínez: «Me parece estupendo que hayan puesto por fin los toldos, hacía mucha falta, no solo para venir hasta mi puesto de trabajo, sino para todas las personas que pasan por la calle a lo largo de todo el verano». El dueño de la tienda Altea Agapito Valero también opina que llevan «muchos años pidiendo los toldos en esta calle, hacían ya mucha falta y la gente lo va agradecer».

En cuanto a la nueva estética que presenta la calle, los dueños de las tiendas coinciden también en que el entoldado ha quedado muy bonito y sencillo. «Estéticamente me parece perfecto, ya no solo porque te protege el sol, sino porque además hace una pequeña pasarela para los artistas que se dirigen hacia el teatro», comenta Martínez. Para Pérez, el toldo «ha quedado muy limpio y fresco». 

Ampliar servicios

Esta iniciativa para generar espacios de sombra, unida al microclima de la zona centro, ayudan a hacer frente a las altas temperaturas que registra la ciudad en verano, lo que servirá para dinamizar las actividades diarias. «Creo que va a beneficiar al comercio, cuantas más comodidades de bancos, fuentes, sombra o microclima se le den a los turistas, más tiempo van a estar en la calle», asegura Pérez. Los comerciantes también piensan que el entoldado se debería instalar en otras calles. «Es una idea genial, los turistas lo van agradecer y sería un gran avance que se instalaran en otras calles turísticas, como Santa Eulalia, Moreno de Vargas o San Francisco», concluye Llanos.

Por otro lado, algunos vecinos de la calle no se muestran tan satisfechos con esta iniciativa del entoldado, mientras que a otros residentes les ha parecido bien esta instalación. «No me termina de convencer, ya que podría haber puesto los toldos más grandes para que cubran más», señala Joaquín, un vecino de la zona. 

«No me gusta la idea, los todos tapan la fachada de los edificios y no hay visibilidad de la calle, además de que no se pueden recoger», lamenta Diego. A Héctor, sin embargo, no le disgusta la idea del entoldado, ya que «pensando en los turistas, la verdad que van a agradecer que ahora haya sombra». «Los toldos me parecen un buen acierto, pero el hecho de que los bares hayan tenido que cambiar las terrazas, no», expresa Raquel.