Se llama Miguel y vive en el Teatro Romano. No quiere hablar ni se deja ver cuando hay visitantes en el recinto, pero tiene llaves que le permiten entrar y salir cuando quiere. Tras el sonido de la sirena que anuncia el cierre a los turistas, sale a pasear por el monumento. ¿Cómo es esto posible? Nadie, ni si quiera el propio Consorcio de la Ciudad Monumental, conoce con exactitud los detalles que provocaron esta «anacrónica» situación a la que ahora se quiere poner fin

A finales de la década de 1950 el Ministerio de Cultura cedió una modesta vivienda al guardés de la finca donde se ubican ahora el teatro y anfiteatro romanos y desde entonces los herederos de esta persona han continuado habitando dicha edificación, hasta el punto que en la actualidad hay un descendiente suyo que ocupa la vivienda.

Se trata de una construcción sencilla, que ante estaba fuera pero que tras la adquisición de los terrenos colindantes a los monumentos, quedó dentro del recinto. Se ubica en la zona donde ahora se localiza la entrada al conjunto monumental. 

Según explican fuentes de la Consejería de Cultura, el consorcio desconoce con exactitud los antecedentes que provocaron esta «anacrónica situación», si bien se sabe que fue el Ministerio de Cultura, a través del órgano correspondiente, quien cedió a este guardés el uso en precario de la pequeña caseta. 

El consorcio entiende que la cesión «se produjo en aquel momento concreto para facilitar la labor que este señor realizaba como portero del recinto», para la que fue contratado después de que las fincas fueran adquiridas a título público. Unos motivos, señala, «que ya no existen» y por ello considera que «esta cuestión, totalmente anacrónica, no puede prolongarse más en el tiempo». 

Por ese motivo, se ha remitido un escrito a la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, propietaria del bien patrimonial, con el objetivo de poder estudiar y valorar todas las soluciones que puedan presentarse, «siempre en aras de solventar de modo satisfactorio esta situación».