Los hosteleros siguen muy atentos la evolución de la pandemia para saber qué ocurrirá con sus negocios. La entrada de la región en el nivel 2 de alerta, el pasado sábado, ha hecho que los propietarios de bares y restaurantes no piensen más allá del día a día. «Las medidas de aforo nos hacen vivir el día a día con incertidumbre», indicó Paulino Álvarez, presidente de la Asociación de bares y restaurantes de Mérida y comarca (Abacare), y es que el consejero de Sanidad, José María Vergeles, anunció que «de mantenerse el nivel 2 de alerta durante siete días, se consolidaría este nivel de riesgo y se adoptarían las medidas contempladas para este nivel». En el caso de la hostelería, las medidas serían de un 30% de aforo en el interior de los establecimientos, 75% en el exterior y con seis personas por mesa tanto dentro como fuera del local. 

Según Álvarez, la evolución de la crisis sanitaria ha dado lugar a que se esté viviendo un verano incierto el sector: «Tenemos incertidumbre porque los índices sanitarios están desbordados, y también somos prudentes porque entendemos que desde nuestro sector no hay un número elevado de personas que puedan contagiarse en nuestros bares y restaurantes». 

Con esta situación, la contratación de nuevo personal o incluso la llegada de mercancía se les hace muy difícil. «Conozco a muchos compañeros que no saben si contratar a una persona más porque no sabe si va a tener que ir al ERTE. A muchos proveedores les haces en la misma semana dos o tres veces el pedido porque no sabes si al día siguiente va a tener unas mayores restricciones, sobre todo en esta última semana que están subiendo los casos. Estamos expectantes a ver qué sucede», expresó Ángel Campos, presidente de la Asociación de Cafeterías, Restaurantes y Hostelería de Mérida (Acareo).

Por otro lado, Campos admitió que si comparamos la situación con lo vivido el pasado año «la tendencia ha mejorada ligeramente», aunque «no a gran escala». Sin embargo, Álvarez sostuvo que «no puede haber una comparación» porque «el año pasado trabajamos en verano y en octubre ya estábamos cerrado, por tanto no se pueden hacer comparaciones».

Por último, la llegada de turistas a la ciudad para acudir al Festival de Teatro Clásico o visitar los monumentos hace que repercuta positivamente en los bares y restaurantes. «Sin la celebración del Festival y la visita a los monumentos estaríamos un poco KO», declaró Campos. Álvarez afirmó que «se nota más presencia de público nacional, sobre todo de las zonas limítrofes de Extremadura como las dos Castillas, Andalucía y Portugal». En cambio, el turismo internacional «ha disminuido».