Tercera jornada marcada por la angustia y el desconsuelo en el entorno del embalse de Proserpina de Mérida. El dispositivo de búsqueda del varón que desapareció el sábado en el pantano emeritense tuvo que volver a suspenderse este domingo al caer la noche y se ha reanudado este lunes, en torno a las ocho de la mañana. Ya son muchas las horas que han pasado sin localizar al vecino de Cáceres de 39 años, y militar del grupo de zapadores de la brigada Extremadura XI de la base de Bótoa (Badajoz), al que se le perdió la pista en el agua mientras disfrutaba de un día de baño acompañado por su familia.

Las labores de búsqueda se han retomado este lunes, después de que el sábado y el domingo se suspendieran sin éxito al anochecer. En el operativo participan tres equipos de rescate acuático y otro con dos buzos, una ambulancia de soporte vital básico, un vehículo de apoyo logístico y un equipo de intervención psicosocial con dos psicólogos y un técnico. Durante toda la jornada de ayer estuvieron peinando el embalse buzos del cuerpo de bomberos del CPEI de Badajoz y de la Guardia Civil, estos últimos pertenecientes a los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS). Ya durante la tarde, se incorporaron a los trabajos un grupo de compañeros del desaparecido, al tratarse de militares que tienen formación en actividades subacuáticas.  

Las últimas informaciones, procedentes de fuentes cercanas a la familia, aseguran que el hombre se encontraba sacando fotografías desde el agua a sus familiares, que estaban montados en un hidropedal, cuando de pronto se sumergió y logró salir un instante a la superficie, pero volvió a hundirse y ya no salió. La mujer del desaparecido, de la localidad de Miajadas, iba en la embarcación con su hija de tres años, su suegra y la pareja de esta. En el momento en que se produjo el incidente, en torno a las 17.15 horas, varios bañistas que se encontraban en la zona dieron la voz de alarma al equipo de salvamento de Cruz Roja y los socorristas se personaron en el lugar minutos más tarde. También trataron de rescatar al varón un bombero y un bañista de Mérida que se encontraba junto a su pareja en otra embarcación.

Un rescate difícil

Víctor Manuel Gallego, uno de los coordinadores de emergencias de Cruz Roja, indicó a este diario que en el fondo del embalse hay «una capa de lodo de un metro y pico», una dificultad añadida a la falta de visibilidad, ya que ni con las cámaras subacuáticas es posible ver con un poco de claridad. Con respecto al desaparecido, apuntó que al ser un militar zapador «presumiblemente era un hombre con una formación bastante buena» como buceador. «Por desgracia, el agua es el agua y nunca nos podemos fiar de lo que no vemos», lamentó. 

En esta línea se expresaba también el sábado el jefe del parque de bomberos de Mérida, Juan Carlos Bermejo, quien señaló que el hombre tendría que haber sufrido «algún tipo de problema físico», ya que se hundió rápidamente. «El embalse es muy seguro porque no hay corrientes excesivas, pocetas, ni remolinos», aseguró. En el punto en el que se está buscando al desaparecido hay una profundidad de unos ocho metros y el agua está turbia, lo que dificulta las labores de búsqueda: «La visibilidad en el agua es prácticamente nula, es un rastreo casi al golpe y al tacto».

Cabe destacar que el Ayuntamiento de Mérida ha suspendido el baño en Proserpina hasta que finalicen las labores de búsqueda. Durante la jornada de este domingo fueron muchos los familiares que estuvieron siguiendo en primera línea el desarrollo de los trabajos y contaron en todo momento con el apoyo del equipo de psicólogos. Algunos ciudadanos también acudieron para interesarse por el avance de este operativo, que está siendo coordinado por el Centro de Urgencias y Emergencias 112 Extremadura. El suceso ha generado bastante expectación entre la ciudadanía y complicidad con la familia del varón, pues ya ha pasado demasiado tiempo sin que tengan noticias de su ser querido.