Los cuatro policías nacionales, pertenecientes a la brigada de Estupefacientes de la Comisaría de Mérida, han partido esta tarde, alrededor de las 16.30 horas, de la cárcel de Badajoz rumbo a la cárcel de Estremera, en Madrid. Se había especulado con la posibilidad de ser ingresados en el centro penitenciario Sevilla 1, pero finalmente lo harán en esta otra de la Comunidad de Madrid, para lo que ya han sido derivados en un furgón de seguridad.

Ambas cárceles cuentan con módulos específicos para agentes de cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, dado que de algún modo hay que garantizar su protección con respecto al resto de presos.

Los agentes fueron detenidos el pasado miércoles dentro de la operación 'Minuro-Peces' y desde el viernes se hallaban en el centro penitenciario de Badajoz después de que el juzgado decretara su ingreso provisional. Todos ellos se han acogido a su derecho a no declarar, mientras que un quinto agente, el que llevaba menos tiempo en la unidad y que sí prestó declaración ante el juez, está en libertad con cargos y medidas cautelares de retirada de pasaporte y obligación de comparecer en el juzgado cada 15 días. 

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), se les atribuyen delitos contra la salud pública y omisión del deber de perseguir delito.

Otra policía de la comisaría de Mérida también fue detenida, pero quedó en libertad con cargos tras prestar declaración el jueves. Y un guardia civil destinado en La Garrovilla está también en prisión provisional sin fianza, en este caso en Alicante.

El letrado Segundo Berjano, defensa del agente que quedó en libertad con cargos y otro más que está siendo investigado (no se le llegó a detener porque no había indicios suficientes y está a la espera de recibir la notificación para prestar declaración ante el juez), explica que en los próximos días solicitará que se levante el secreto de sumario, ampliado un mes, para conocer exactamente los hechos que se les imputan a sus defendidos.