Los padres de 34 alumnos con necesidades educativas especiales del colegio Giner de los Ríos denuncian que la Consejería de Educación ha suprimido una de las dos plazas de Audición y Lenguaje con las que contaba el centro y que la atención a los niños se verá reducida durante este curso académico. «Defienden una educación inclusiva, pero ellos mismos nos están empujando a la exclusión cuando es un derecho de nuestros hijos», afirma Sandra Moreno, portavoz de las familias y madre de Manuel, un alumno de cuatro años con autismo. 

El Giner de los Ríos es uno de los cinco colegios de la ciudad junto al Cervantes, Ciudad de Mérida, Dion Casio y Octavio Augusto que cuenta con recursos específicos para niños con necesidades educativas especiales. Según Moreno, el año pasado el centro tenía asignadas dos pedagogas terapéuticas (PT), una auxiliar técnico educativa (ATE) y dos especialistas de audición y lenguaje (AL).

La primera ayuda y orienta a los docentes del centro para trabajar con estos niños; la segunda se encarga de cambiar pañales o ayudar en las comidas, y la tercera trabaja la comunicación no solo con estos alumnos derivados de Atención Temprana o los servicios de Orientación del centro, sino también con otros que tienen dificultades como dislexia o retraso en el habla. 

Según Moreno, Educación ya informó al centro en junio que este curso académico solo contarían con un especialista de audición y lenguaje porque cumplen la ratio, una decisión que los padres rechazan al entender que vulnera el derecho de sus hijos a una educación inclusiva.

«Las horas de atención se han reducido para algunos niños y otros que necesitaban más se van a quedar igual», asegura la portavoz. El pasado verano ya organizaron una recogida de firmas en Change.org con la que consiguieron 900 apoyos y mañana se reunirán para estudiar las nuevas acciones a tomar. 

Reorganización de horarios

Desde la Consejería de Educación se explica que el colegio cumple con las ratios establecidas. «No se trata de que el centro necesite más especialistas, sino que deberá reorganizar los recursos para atender al alumnado que necesita apoyo o atención especializada», indica. 

El departamento que dirige Esther Gutiérrez señala que en el horario proporcionado por el centro, el AL dedica cada periodo a la semana a un único alumno. Una ratio que según la normativa debería ser de 3-4 niños en casos de alumnado gravemente afectado o con presencia asociada a trastornos graves de conducta que requieran atención constante. En el caso de la ATE, la ratio debe ser de 1-6 alumnos.

Así, la Inspección educativa concluye que las tres especialistas «deberán ampliar la ratio, de manera que puedan dedicar sus hasta 75 horas semanales a los alumnos con necesidades especiales».

Así, se ha solicitado al centro que elabore un nuevo horario de atención por niveles y etapas. «Agrupando a los 31 estudiantes con necesidades por niveles y grupos las 23 horas de dedicación serán suficientes», asegura Educación, de ahí que se haya decidido retirar al segundo especialista en Audición y Lenguaje.

La consejería recuerda que además de los especialistas, hay que tener en cuenta que los docentes de estas etapas disponen de horas de apoyo que pueden utilizar, en caso de que fuera necesario, a reforzar a estos alumnos en actividades de lectura, escritura y retraso del lenguaje.