De qué estará hecho ese ‘veneno carnavalero’ que lleva cuatro décadas marcando los pasos de quienes se han entregado en cuerpo y alma por hacer grande en la ciudad la fiesta del compás, del arte, del sentimiento, la magia, el color y la alegría. El Carnaval Romano bien puede sentirse orgulloso de todos estos emeritenses que, a pesar de haber transitado por un camino que ha tenido sus luces y sus sombras, le han llevado a cumplir 40 años gozando en la actualidad de muy buen salud, con un presente en el que pisa fuerte la cantera para garantizar un futuro lleno de éxitos. El centro cultural Alcazaba acogió anoche una gran gala conmemorativa en la que sus asistentes experimentaron un paseo emocional por la historia de la fiesta

En el evento se proyectó un vídeo con una recopilación de imágenes sobre la trayectoria de esta fiesta que incluyó recuerdos únicos como los primeros entierros de la sardina, las vaquillas en la plaza de toros o los concursos de agrupaciones en el teatro María Luisa. Una de las sorpresas de la noche se produjo cuando los espectadores pudieron recorrer las dependencias del nuevo María Luisa, gracias una grabación que se hizo esta semana en el interior del inmueble. 

Asimismo, durante la gala se entregaron las Turutas de Oro en las modalidades individual y colectiva, que este año han recaído en la modista Encarnación Muñoz-Reja Redrejo y la compañía Taptc? Teatro, respectivamente. Como homenaje, también subieron al escenario las 27 Turutas de Oro y Plata de toda la historia del Carnaval Romano, a quienes se les hizo entrega de una escultura conmemorativa realizada por Terracota con motivo de este 40 aniversario. Por otra parte, se entregaron los premios de los concursos carnavaleros de la Cadena Cope, el del Carnaval Romano de Facebook y el de las agrupaciones infantiles de los últimos carnavales, ya que no se pudieron entregar debido a la pandemia de coronavirus.

La gala contó con la actuación de la chirigota La Marara, la única agrupación que lleva 40 años. Las hermanas Nerea y Aurora Samino interpretaron una pieza en homenaje a los carnavaleros ya fallecidos y se proyectó un vídeo in memoriam. También actuaron Drag Osiris y un grupo de niños de la cantera, mientras que el broche de oro llegó con una actuación de varios carnavaleros que recorrieron los grandes temas de la historia hasta cerrar con ‘Será que llega febrero’, el himno de la fiesta que popularizó La Marara.

Un poco de historia

El Carnaval de Mérida forma parte del sentir de los emeritenses desde el siglo XIX, aunque fue a principios del siglo XX cuando se tiene constancia de las primeras normas municipales de celebración de los carnavales en la ciudad. Tras la prohibición de las fiestas durante el Franquismo, el Carnaval renace en los 80 gracias al apoyo del pueblo, que tomó las calles participando de la fiesta de forma activa. El entierro de la sardina y los primeros concursos de comparsas marcaron el compás de esta primera década, en la que Mérida contó con el Carnaval más participativo de la región. La década de los 90 trajo luces y sombras al Carnaval de Mérida, ya que aumentaron los grupos en los concursos y estos experimentaron una mejoría en cuanto a las coplas y la calidad de los disfraces, pero disminuyó el bullicio en las calles. Aun así, sirvió para afianzar la fiesta entre los agentes activos.  

En los inicios del siglo XXI comenzaron a nacer decenas de grupos jóvenes que se unieron a los ya existentes. Durante los primeros lustros aumentaron los participantes en el pasacalle y muchos aspectos se profesionalizaron. Los concursos atrajeron a participantes de otras provincias y nacieron los certámenes de drag queens. Por último, desde 2015 hasta la actualidad, el Carnaval recuperó la calle con la plaza de España como epicentro de la fiesta para toda la ciudadanía. Adquirió una identidad propia, con el nombre de Romano, que lo distingue del resto, y nacieron nuevos grupos para llevar el nombre de Mérida fuera del territorio extremeño.

En primera persona

Para Tenti Martínez, exdelegada de Festejos y primera Turuta de Oro de la historia, el Carnaval lo ha sido todo en su vida y se siente muy orgullosa de haber podido disfrutarlo junto a su marido, que también era un apasionado de la fiesta. «Ahora hay mucha gente joven implicada en el Carnaval y eso es muy importante para que vaya a más, aunque le sigue faltando que se anime más la gente a salir a la calle, porque creo que aún hay reparos para disfrazarse», señala.

«En La Marara hemos tenido la suerte de ser durante 40 años unos cronistas de la ciudad en clave de humor, además de que nos sentimos muy queridos y eso para nosotros es un privilegio», sostiene Curro ‘el de La Marara’. A su juicio, el Carnaval «ha pasado de la anarquía a la madurez consiguiendo generar una masa crítica suficiente para tener el nivel que tiene, con más o menos adeptos». «No es fácil mantener 40 años de fiesta y la culpa ha sido de los carnavaleros», destaca el chirigotero. 

Fermín Álvarez, componente de la veterana agrupación Los Cazurros Romanos, reconoce que siempre han sido «un grupo muy activo y un referente de la fiesta», pero confiesa que «ahora que hemos perdido frescura por nuestra edad, lo que sentimos es la alegría de sentirnos queridos». «Hay que hacer que la gente que participa en el Carnaval sienta la fiesta como suya y la promueva, porque el Carnaval de Mérida se ha mantenido en buena medida por la implicación de los carnavaleros», subraya.