La mártir Santa Eulalia ha vuelto a recibir este viernes el cariño de cientos de emeritenses, en el día grande de la ciudad. Tras un año sin poder celebrar la procesión del 10 de diciembre por la pandemia de coronavirus, las flores, los bailes y la música han tomado de nuevo las calles en una jornada marcada por la tradición, la devoción y el fervor por la patrona. Pese a que han sido muchos los ciudadanos que han arropado a la alcaldesa perpetua durante el recorrido de regreso a su basílica, la mayoría llevaban mascarilla.

En torno a las once y media de la mañana, la niña Eulalia ha abandonado la concatedral de Santa María entre los aplausos y vítores de sus fieles. Como es tradicional, los portadores del paso la han acercado unos metros hasta donde se ubicaban los integrantes del grupo de coros y danzas de nuestra señora de La Antigua, que le han cantado la jota de Santa Eulalia Olaya blanca en lo blanco. "Para la gente de Mérida este es un día muy importante y después de no haberlo podido vivir el año pasado, la emoción es muy grande", confesaba la componente del grupo Loli Rubias.

La mártir Santa Eulalia recibe una petalada en la Puerta de la Villa. EL PERIÓDICO

La banda de música de Mérida iba interpretando marchas tras la patrona, mientras que la banda de cornetas y tambores de la OJE abría la procesión, en la que han participado los miembros de la asociación de la virgen y mártir Santa Eulalia de Mérida, los de la asociación cultural y folclórica de La Antigua portando flores y ataviados con los trajes regionales, así como representantes de las cofradías, asociaciones religiosas y autoridades civiles. Flanqueando el paso de la mártir iba una escuadra del Regimiento de Artillería de la base militar de Bótoa con escolta de gala.

Uno de los momentos más emotivos del recorrido ha vuelto a producirse en la Puerta de la Villa con la tradicional petalada a la patrona, que ha lucido radiante ante sus devotos ataviada con el traje rojo que le donó un matrimonio onubense. A su llegada al hornito, en el que se agolpaban numerosos emeritenses, los integrantes del grupo folclórico de coros y danzas han bailado ante el paso de Santa Eulalia. Después de la entrada en la basílica, se ha celebrado una misa presidida por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Monseñor Celso Morga.

Militares del Regimiento de Artillería de la base de Bótoa durante la procesión. EL PERIÓDICO