El Sindicato del Profesorado Extremeño (PIDE) ha presentado a la Consejería de Educación y Empleo una propuesta para mantener abierto y «potenciar» el colegio Juan XXIII. La organización plantea «reflotar» el centro con un proyecto totalmente nuevo que abarque más etapas educativas para atraer alumnado. 

«Que parta incluso de cambiar el nombre, como expresión clara de un nuevo comienzo», indica PIEDE, que añade además que una iniciativa similar ya se implantó con éxito en el año 2008 en el colegio La Paz de Albacete, que pasó de 40 alumnos (antes se llamaba San Juan) a 250 en la actualidad.

El objetivo es convertir el colegio «en el centro del barrio, un lugar donde se concite a toda la comunidad educativa en torno al mismo sueño: convertir el colegio en lo que la barriada necesita», explica en un comunicado.

En la propuesta remitida a Educación, PIDE insiste en que la solución «más justa» para que el centro pueda seguir con su actividad sería extinguir los conciertos educativos en centros cercanos, «claramente incensarios». Pero dado que esta opción la Junta no la contempla «ni de lejos», propone que se comience con un proyecto educativo que «ilusione» a los maestros y a las familias a través de comunidades de aprendizaje.

Sería un modelo de transformación socioeducativa que potenciaría la participación de toda la comunidad educativa, incluyendo al ayuntamiento y a los servicios sociales y en el que «los padres, madres y vecinos voluntarios se puedan convertir en dinamizadores de actividades».

De acuerdo con la propuesta de PIDE, el nuevo centro ofertaría enseñanzas de Educación Infantil (también aula de dos años), Primaria, primero y segundo de ESO y un aula de adultos. El aula de adultos (título de ESO, acceso a la universidad para mayores de 25 años, alfabetización…) impartiría también certificados de profesionalidad a través del programa Crisol, con la colaboración del Ayuntamiento de Mérida. 

«Un centro con todas estas enseñanzas daría al barrio una dimensión distinta», apunta PIDE, que cree que para las aulas de primero y segundo de ESO sería factible «rescatar» antiguos alumnos.