Era «una situación muy triste» pero tendrá final feliz. La Hermandad del Calvario ha logrado reunir en cuatro días el personal necesario para poder sacar a la calle la procesión del Martes Santo, que inicialmente se había suspendido por problemas de logística debido a la situación que arrastra la cofradía en los últimos años.

Los cuatro pasos necesitan unos 140 costaleros (30 para la Oración en el Huerto, 35 para la Flagelación de Jesús, 42 para el Nazareno y 35 para la Virgen de la Amargura) y según explica Pedro Arsenio Collado, representante de la comisión gestora, todos están al 80%.

Collado destaca que la ciudadanía y especialmente la asociación de vecinos de El Barrio se ha volcado con la hermandad tras el llamamiento del Ayuntamiento de Mérida y la Junta de Cofradías, a quienes también agradece el apoyo para que la procesión pueda celebrarse. El giro ha sido tal que la hermandad ya está ensayando con las personas que han aceptado participar en la procesión y ultima la contratación del acompañamiento musical.

Según explica Collado, algunos son costaleros experimentados, pero en su gran mayoría se trata de «gente nueva que viene a probar y cuando les entre el veneno será bueno para la Semana Santa de Mérida». 

El portavoz de la gestora ha insistido en que debido a la situación de la cofradía se optó por sacrificar la procesión del Martes Santo para asegurar la salida de sus titulares: el Cristo del Calvario y la Virgen de los Dolores el Jueves Santo y el Cristo Yacente el Viernes Santo.

Pese a los problemas de gestión, Collado afirma que la falta de personal está afectando en general a todas las cofradías de la ciudad en los últimos años y que se ha agravado con la pandemia: aunque se toman las medidas de precaución, hay quien ha optado por participar en las procesiones por el covid. Por ello, insiste en el llamamiento para unirse al mundo cofrade.