«Seguimos teniendo nuestros más y nuestros menos, pero ahora nos entendemos». Es el balance de una pareja que, tras una separación difícil y varios años de conflictos, acudieron a la mediación para resolver sus discrepancias respecto a la hija menor que tenían en común. La artífice del acuerdo fue María Eugenia Gallardo, la pedagoga que se encarga de gestionar el servicio de mediación que la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Mérida puso en marcha en abril para promover la resolución positiva de conflictos.
Separaciones, divorcios, discusiones entre hermanos por herencias, padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adolescentes... Pero también problemas vecinales por ruidos, malos olores o uso de zonas comunes son algunas de las cuestiones que se pueden tratar en esta oficina. Su objetivo: «el fomento de la cultura del diálogo frente al litigio». «Cuando tenemos un conflicto estamos acostumbrados a ir al juzgado y poner una denuncia. Decimos: con él o con ella no se puede hablar... Y nada más lejos de la realidad. A todos hierve la sangre y la parte emocional salta, pero es ahí donde actuamos los mediadores», explica Gallardo.
Separaciones, divorcios, discusiones entre hermanos por herencias, problemas por ruidos o malos olores son cuestiones que se pueden tratar en la oficina de mediación
La pedagoga detalla que casos como los citados anteriormente se pueden resolver perfectamente en un proceso de mediación: solo es necesario que ambas partes quieran participar y si hay acuerdo, puede elevarse a público y tener «el mismo valor que en una sentencia judicial». Hay una excepción: la violencia. «Nunca se puede mediar cuando hay maltrato porque las partes no están en igualdad de condiciones».
Problemas vecinales
Aunque lleva abierta apenas un mes, a la oficina han llegado ya los primeros casos, sobre todo relativos a problemas vecinales. Según la técnico, en ocasiones se tiende a pensar que este tipo de conflictos por ruidos o malos olores son «nimiedades», pero es importante que se resuelvan de una forma positiva.
Afectan directamente a la vida diaria y la convivencia y pueden extenderse después a otros ámbitos, por ejemplo el colegio si las familias enfrentadas tienen hijos que van al mismo centro e incluso a la misma clase. «Intentamos que las dos partes salgan beneficiadas y que sean protagonistas no solo del conflicto, sino también de la solución», dice Gallardo.
Por su parte, la delegada de Servicios Sociales, Catalina Alarcón, explica que además de la resolución del conflictos, el programa de mediación incluye toda una batería de medidas para «tejer puentes» hacia la resolución positiva y no violenta de los conflictos.
Reuniones con la policía
Así, para dar a conocer el servicio se están manteniendo reuniones con los agentes sociales de los barrios y las policías nacional y local, que son muchas veces la primera institución a la que acude el ciudadano cuando se desata el enfrentamiento. También se están desarrollando talleres de sensibilización en los centros escolares para dar a los niños claves para esta resolución positiva: ya se ha actuado con unos 85 alumnos de entre 7 y 13 años de los colegios de San Luis y La Antigua, y próximamente se llegará al Antonio Machado.
El programa de mediación se enmarca en la estrategia Edusi. Por ello se centra en los barrios de San Lázaro, Santa Isabel, Santa Catalina y San Agustín, pero Alarcón explica que pueden recurrir, de forma totalmente gratuita, residentes de todas las zonas de la ciudad. La oficina de mediación se ubica en el centro social de San Lázaro y se puede contactar a través del 687 587 004 y mediacion.edusi@mérida.es.
