Una tarde de otoño para enmarcar con aires de la mejor primavera cofrade. Nuestra señora del Rosario, de la Real Hermandad y Cofradía Infantil de Mérida, protagonizó ayer un recorrido triunfal por las calles del centro de la ciudad en una procesión extraordinaria conmemorativa del 75 aniversario fundacional. Fueron cientos los emeritenses que no quisieron perderse este encuentro con la madre de los infantiles, que lució radiante en su paso de palio. Para una ocasión tan especial, el color ‘rojo infantil’ iluminó la fachada del ayuntamiento, la fuente de la plaza de España, la muralla de la alcazaba árabe, el templo de Diana y el puente romano. 

La salida procesional se inició en torno a las 18.30 horas desde la concatedral de Santa María. Tras dos años de ausencia por la pandemia y otro por la lluvia del pasado Lunes Santo, la virgen pudo al fin volver a tomar su Plaza de España. Además, la imagen exhibió por primera vez fuera del templo el resultado de la restauración a la que fue sometida en los talleres del imaginero Ventura Gómez, discípulo de Luis Álvarez Duarte. Otra de las novedades fue la preciosa Cruz Pectoral que portó, regalo de un grupo de cofrades. 

En el cortejo procesional participaron unos 70 hermanos de luz, mujeres de mantilla, así como representantes de otras cofradías de la ciudad y de la hermandad del Nazareno de Calamonte, que ha prestado para la exposición conmemorativa de la Infantil las imágenes del Beso de Judas, que procesionaron en Mérida hasta que se vendieron en 1986. En la Cruz de Guía iba abriendo paso la banda de cornetas y tambores de la Organización Juvenil Española (OJE) de Mérida, mientras que la banda de música de Bollullos Par del Condado (Huelva) fue la encargada de arropar con sus sones a la virgen.

Cuando el palio de nuestra señora del Rosario llegó al primer tramo de la calle Romero Real, el grupo joven de la cofradía le dedicó una gran petalada. Otro de los momentos emotivos del recorrido se produjo en el templo de Diana, pues los jóvenes cofrades habían confeccionado una alfombra de sal con el escudo de la hermandad y la virgen pasó por encima. Su entrada en el templo se produjo en torno a las 21.30 horas, poniendo así el punto final a una procesión histórica.