La ampliación del museo romano de Mérida se retomará este mes

Las obras de ampliación del Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) se retomarán en este mes de diciembre por un importe de casi 8 millones de euros procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea. A esta cantidad hay que sumar los casi dos millones de euros que se destinarán a mejorar la climatización del edificio, unos trabajos que ya están en marcha pero que se están viendo afectados por la subida del precio de los materiales de construcción.

Así lo explicó ayer el secretario de Estado de Cultura y Deportes, Víctor Francos, en una visita al MNAR junto a la consejera de Cultura, Nuria Flores, y el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna. Pese a los innumerables retrasos que atesora esta obra, Francos destacó el «compromiso» del Ministerio de Cultura con el MNAR y aseguró que los casi 10 millones de inversión prevista son una cifra «récord».

«En el Museo del Prado, uno de los cinco mejores del mundo, hemos invertido 11 millones de euros. Por lo tanto, estamos poniendo a esta comunidad a nivel mundial», dijo para explicar el alcance de la cifra. Según Francos, el MNAR es ya un buque insignia de la cultura y el patrimonio español y cuando acabe la reforma, «el referente mundial del arte romano desde el punto de vista museístico». 

Desde 2003

La ampliación del museo romano lleva sobre la mesa desde el año 2003, cuando el Ministerio de Cultura adquirió por 1,65 millones de euros un edificio de viviendas colindante, situado en el paseo José Álvarez Sáenz de Buruaga, con una superficie total de 336 metros cuadrados. Este inmueble se derribó en 2004 y el 8 de mayo de 2009 se encargó el proyecto de ampliación a Rafael Moneo.

Con el nuevo edificio se lograba un incremento de superficie de más de 4.300 metros cuadrados, donde se proyectaron nuevos despachos de administración e investigación, biblioteca, salón de actos, sala de exposiciones temporales y almacenes. El proyecto fue recibido a finales de 2011, pero la difícil situación financiera de la época conllevó que estas obras no entraran en programación hasta el presupuesto de 2015, licitándose ese año el concurso e iniciándose en 2016.

Sin embargo, la aparición de "importantes restos arqueológicos" no detectados en las excavaciones superficiales anteriores (realizadas tras el derribo en los años 2005 y 2006) llevó a la paralización de las obras y finalmente, la empresa contratista renunció al proyecto en 2017. Se desarrolló entonces un amplio proyecto de excavación arqueológica en el que se descubrieron, entre otros elementos, un tramo del acueducto de San Lázaro, dos monumentos funerarios y el foso fundacional de la ciudad.

Con el fin de conservar y musealizar estos hallazgos, se tramitó una modificación del proyecto original en la que, a partir de lo construido entre 2016 y 2018, se pudieran integrar los restos. De esta forma, se mantienen en la zona de ampliación la sala de exposiciones temporales, el aula didáctica, auditorio, los talleres de restauración y de fotografía y nuevos despachos para conservadores, mientras que el sótano dos quedará como recinto arqueológico no apto para el acceso al público y tan solo reservado a profesionales.

Ya con proyecto pero nuevamente sin presupuesto durante varios años, la obra no salió a licitación hasta abril de 2022. Se adjudicó en noviembre a la UTE conformada por San José y Magenta, que la ejecutarán por un presupuesto de 7,6 millones de euros y un plazo de 24 meses.

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