VISITA DEL CONSEJERO DE SANIDAD Y EL ALCALDE DE MÉRIDA

La residencia El Prado de Mérida se somete a una remodelación integral

Con una inversión de 4,7 millones, la Junta busca mejorar la eficiencia energética y adaptar el centro al nuevo modelo de atención sociosanitaria del Sepad. Las obras empezaron en 2021 y deberían acabar este verano, pero se retrasarán

Visita del consejero de Sanidad y el alcalde de Mérida a la residencia de mayores El Prado.

Visita del consejero de Sanidad y el alcalde de Mérida a la residencia de mayores El Prado. / EL PERIÓDICO

La residencia de mayores El Prado se está sometiendo a una remodelación integral para adaptar sus servicios al nuevo modelo sociosanitario que quiere implantar la Junta de Extremadura y ahorrar en eficiencia energética. Habitaciones y zonas comunes más luminosas y con vistas, un patio con zonas verdes, un huerto o una nueva sala de terapia ocupacional son algunas de las mejoras previstas. En total, una inversión de 4,7 millones para convertir esta «residencia del Imserso» en un centro sociosanitario del siglo XXI. 

El consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, y el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, visitaron ayer el centro para conocer la evolución de las obras, que ejecuta la empresa Fontelex. Arrancaron en 2021 con un plazo de ejecución de 24 meses que se cumple este verano, pero se van a retrasar. «A lo largo de 2023 se podrá tener una visión más clara de la residencia en su totalidad», afirmó Vergeles sobre las fechas tras recordar lo complicado de la reforma: se está haciendo con todos los residentes dentro. Se ha aprovechado que ahora hay una ocupación de entre el 60% y el 70% (117 usuarios) y se ha empezado por las plantas 5, 4 y 3.

La residencia de mayores El Prado es herencia del Imserso: se levantó en el año 1976 y a día de hoy, con más de 50 años de uso, ha llegado al límite de su vida útil. De ahí la importancia de la reforma, que persigue tres objetivos: la eficiencia energética, ordenar el flujo de los trabajadores (entrarán por la misma zona donde se visten, evitando el contacto directo con los usuarios desde la calle) y que los residentes «vivan como si estuvieran en su casa». 

Nuevo equipamiento

En las plantas primera y segunda estarán las personas con mayor dependencia y las que necesiten un periodo de convalecencia tras un ingreso hospitalario o un problema de salud. Las 122 habitaciones serán equipadas con baño adaptado a la tercera edad y una pequeña sala de estar en cada planta que los residentes podrán usar en el día a día.

Nueva zona exterior habilitada para los residentes.

Nueva zona exterior habilitada para los residentes. / EL PERIÓDICO

Se mantendrán todos los balcones, «seña de identidad» del centro, y se mejorarán también todos los espacios comunes: acceso, recepción, comedor, salón social o cafetería. Pero también las áreas de trabajo como la cocina, donde se instalarán por ejemplo nuevas cámaras frigoríficas que ayudarán a mejorar las condiciones de trabajo de todos los empleados, con menos esfuerzos. 

Los tres ascensores se equiparán para subir y bajar camillas (ahora solo uno cubre esta función) y por lo que respecta a la parcela exterior, habrá también importantes cambios: el acceso de vehículos quedará reservado a la parte trasera, habrá una nueva ubicación para las ambulancias y zona de carga y descarga. Además, se han eliminado algunos aparcamientos para adecuar una zona de ocio con árboles y huerto que conectará con el futuro parque proyectado en la calle Colombia.

Por lo que respecta a la eficiencia energética, destacan la instalación de una planta fotovoltaica en la cubierta para cubrir la demanda eléctrica de las habitaciones y zonas comunes; 6.000 metros cuadrados de revestimento térmico para todo el edificio o la sustitución de todas las puertas y ventanas por otras de alta eficiencia energética. 

Una vez reformado, según Vergeles, «quedará un edificio muy moderno». El próximo paso será «sectorizarlo», crear unidades de convivencia para fomentar el arraigo entre los residentes y con el entorno «para que vivan como si estuvieran en su casa, porque cuando uno viene a una residencia, no viene a un centro hospitalario», reiteró.

Suscríbete para seguir leyendo