CONFIRMA LA SENTENCIA DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE BADAJOZ

El Supremo ratifica la condena de 4 años de prisión para el exgerente del Festival de Mérida

Pedro Salguero deberá afrontar además 20 años de inhabilitación y una multa de 208.600 euros por delitos continuados de malversación de caudales públicos y prevaricación administrativa en su etapa al frente del certamen. El Alto Tribunal pone fin a una causa que se remonta ya 12 años atrás

Pedro Salguero, en la entrada del Palacio de Justicia de Mérida para ir a juicio.

Pedro Salguero, en la entrada del Palacio de Justicia de Mérida para ir a juicio. / EL PERIÓDICO

La Sala Penal del Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la condena de 4 años de prisión y 20 de inhabilitación para Pedro Salguero, exgerente del Festival de Teatro Clásico de Mérida, por delitos continuados de malversación de caudales públicos y prevaricación administrativa. En un fallo emitido el pasado 24 de mayo, el Alto Tribunal desestima íntegramente el recurso de casación que Salguero presentó contra la sentencia que la Audiencia Provincial de Mérida dictó en mayo de 2021, que le condenó además a indemnizar con 208.600 euros al Consorcio del Patronato del Festival.

Salguero fue gerente del Festival de Mérida entre los años 2008 y 2011, cuando presentó su dimisión tras denunciar el PP las irregularidades en las cuentas del certamen. La del Festival de Mérida se trata además de la segunda sentencia condenatoria para Salguero, a quien ya se impuso una pena de dos años de prisión por desviar 111.700 euros durante su etapa al frente de la Orquesta de Extremadura

Ahora, el Supremo ratifica que no llevó una contabilidad “en forma” del Festival de Mérida; que contrató servicios y empleados sin seguir procedimiento alguno; que abonó salarios por encima de lo estipulado en el convenio y que cargó al Festival compras y gastos “sin justificación alguna”, entre ellos una multa de tráfico de 300 euros y 174 euros en consumiciones de un pub de Mérida. 

Defiende su inocencia

El juicio contra Salguero se celebró a finales de abril de 2021 en el Palacio de Justicia de Mérida. En su declaración, él defendió su inocencia asegurando que sí elaboraba las cuentas del certamen pero que el Consejo Rector no le pedía después los informes. La Fiscalía solicitaba nueve años de prisión e inhabilitación y una multa de 12.000 euros, mientras que la Junta de Extremadura y el Patronato del Festival, que están personados como acusación particular en la causa, pedían cinco años de prisión.

Finalmente, la Audiencia Provincial le condenó a cuatro de años de cárcel, 20 de inhabilitación y una multa de 208.000 euros por delitos continuados de malversación de caudales públicos y prevaricación administrativa, pero le absolvió del delito continuado de ocultación de documentos públicos que alegaba la Junta de Extremadura. El tribunal aplicó la atenuante de dilaciones indebidas, ya que el proceso lleva más de 10 años en trámite judicial y se vio retrasado por la pandemia.

Unas penas que ahora, en un nuevo fallo, el Supremo ratifica poniendo además fin a la vía judicial 12 años después. En su recurso de casación, Salguero alega que no era funcionario público (por lo que estima que no está sujeto a la Ley de la Función Pública que infringió) y que el retraso de la instrucción del caso debió ser considerado como un atenuante muy cualificado, un argumento que el Supremo desecha: "No debe olvidarse que se trata de una causa compleja con un volumen muy importante de documentación que ha tenido que ser estudiada y analizada", recoge en el fallo.

Sin contabilidad

Las sentencias corroboran que durante todo el periodo que fue gerente del Consorcio Patronato del Festival, Salguero no presentó las cuentas anuales para su aprobación por el Consejo Rector, tal y como le obligaban los estatutos. Tampoco presentó las liquidaciones del Impuesto de Sociedades e IVA de los años 2008, 2009 y 2010 ni las retenciones practicadas en las nóminas de los trabajadores, por lo que la Agencia Tributaria levantó varias actas de liquidación que en total ascienden a 605.980,95 euros.

Salguero no atendió los “numerosos requerimientos” realizados por la Intervención General de la Junta de Extremadura encaminados a efectuar el control financiero entre los ejercicios 2006 y 2010, y tampoco los de la Agencia Tributaria ya cuando fue nombrado gerente, entre 2008 y 2010. Así, se concluye que el Festival de Mérida “no contó con una contabilidad en forma” que reflejara su situación real contable y económica. A fecha de 27 de febrero de 2012, el certamen tenía una deuda estimada de 3,55 millones de euros, cantidad a la que hay que sumar los más de 600.000 pendientes del pago de impuestos.

Según la sentencia Salguero suscribió en nombre del Festival distintos contratos sin seguir el procedimiento administrativo. Entre ellos los servicios de asistencia técnica de la 54 edición del certamen por un importe de 601.553 euros, cantidad que se elevó finalmente a 951.231, o la explotación de restaurante y la terraza-bar del Teatro Romano, sin que exista constancia documental de los ingresos obtenidos ni los gastos abonados por tales conceptos.

Contratos a dedo

Asimismo, realizó contrataciones de personal sin seguir el procedimiento selectivo establecido en los estatutos, y fijó y abonó los salarios por encima de los pactados en contrato y lo recogido en el convenio de personal laboral de la Junta de Extremadura. El exceso de retribución a cuatro de estas personas y a él mismo se cifra en 26.899,52 euros.

El exgerente también ordenó o realizó pagos mediante pagarés, cheques o transferencias bancarias a empresas y particulares con cargo a los fondos del Festival sin que se correspondieran a servicios prestados al certamen. En este apartado, la sentencia cita un servicio de transporte de fruta de Mérida a la localidad italiana de Uzzano para la empresa propiedad de su cuñado.

Igualmente, dispuso de múltiples cantidades en efectivo de la caja del Festival “sin ningún tipo de justificación” y que se destinaron, entre otros, al pago de una multa de tráfico de 300 euros o 174 euros en consumiciones de un pub de Mérida. También aparecen cargos de compras efectuadas con tarjeta en Carrefour, El Corte Inglés, numerosos restaurantes, floristerías o librerías. En agosto y noviembre de 2010 adquirió en El Corte Inglés dos ordenadores y tres Ipad por importe total de 3.346 euros que a día de hoy aún no se han localizado.

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