la selección ganadera aplicada en España a través de la historia ha dado lugar a la existencia de multitud de razas autóctonas debido a su gran diversidad geográfica y cultural.

En Extremadura, contamos con razas autóctonas adaptadas a nuestro paisaje, clima y tradiciones que han sido utilizadas para producir carne, leche, lana, trabajo o participación en espectáculos. Entre ellas podemos citar las razas de vacuno Retinta, Avileña-Negra Ibérica, Lidia, Berrenda en Negro, Berrenda en Colorado o Blanca Cacereña. Esta última es la única raza autóctona española de capa blanca y sólo perdura en Extremadura. Las razas de ganado ovino autóctonas de Extremadura son la raza Merina y la Merina variedad Negra (esta última en peligro de extinción). La cabra de raza Verata, de la zona norte de Extremadura (La Vera) y la cabra de raza Retinta, presente sobretodo en la provincia de Badajoz, son las razas caprinas originarias de Extremadura, ambas en peligro de extinción, y comparten territorio con la raza Florida y la Murciano-Granadina. En el caso del equino, destaca el caballo de Pura Raza Española y el asno de raza Andaluza, que también se encuentra en peligro de extinción. Las aves están representadas por una raza que clásicamente ha estado presente en los cortijos extremeños desde hace muchos años: la gallina de raza Extremeña Azul. Por último, la raza porcina Ibérica constituye el estandarte de nuestras razas autóctonas y es el ejemplo de cómo estas razas pueden competir en el mercado gracias a la calidad de sus producciones. Las razas autóctonas conviven con otras más productivas y especializadas en la producción de carne o leche, denominadas razas integradas, que tienen su origen en otros países pero llevan bastante tiempo instaladas en España, como la raza Limusina o la Charolesa.

El Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España contiene 187 razas, de las cuales un 85% son razas autóctonas y un 70%, además, se encuentran en peligro de extinción.

La búsqueda de competitividad no debe convertirse en una amenaza para las razas autóctonas, que no son altamente productivas, ya que cuentan con características de resistencia y rusticidad que les confieren gran capacidad de adaptación a entornos ambientales y a las demandas del consumidor orientadas a productos de calidad resultantes de sistemas de producción respetuosos con el medio ambiente y el bienestar animal. Estas razas no sólo contribuyen al desarrollo rural, a la fijación de la población en el territorio y a la preservación del patrimonio zoogenético nacional y la biodiversidad, sino que además son esenciales para el desarrollo sostenible del sector ganadero.

Actualmente existe un consenso de todas las administraciones (comunitarias, nacionales y autonómicas) en el apoyo a las razas autóctonas de manera diferenciada, contemplando actuaciones para su mejora y conservación. Algunas de estas medidas son aplicables en el medio tradicional de cría (in situ), como los incentivos a los ganaderos a través de subvenciones, o el fomento de sus producciones mediante figuras de calidad, como el logotipo ‘100x100 raza autóctona’. También las administraciones públicas aplican herramientas para la preservación futura de los recursos en centros autorizados, tanto de los animales (in vivo) como de su material genético (in vitro). Este es el caso de los núcleos de conservación de razas en peligro de extinción que existen en instalaciones de la Junta de Extremadura, como el Censyra de Badajoz.

CENSYRA . El Centro de Selección y Reproducción Animal (Censyra) tiene su origen en la Estación Pecuaria Regional creada en 1931 y tiene como objetivos la conservación, mejora y fomento de nuestras razas ganaderas.

En él existen núcleos de conservación de todas las razas ganaderas en peligro de extinción de Extremadura citadas anteriormente y atesora el Banco Extremeño de Germoplasma Animal en el que se conserva el material genético de estas razas obtenido en cada uno de los centros de reproducción que posee (uno por cada especie: bovino, ovino, caprino, equino y porcino). Además, el Censyra colabora en la mejora de razas autóctonas y razas integradas como Centro de Testaje en el que se seleccionan los mejores animales para utilizarlos como reproductores y aplicando técnicas de reproducción animal, como la inseminación artificial o la transferencia de embriones.

Desde sus orígenes, el Censyra ha apostado por la complementariedad entre razas ganaderas, para optimizar sus diferentes virtudes, utilizando las razas integradas para la mejora de las producciones y conservando las razas autóctonas adaptadas al medio natural y a nuestro sistema productivo.