No es otro sitio que el corazón de Extremadura. La comarca Sierra de Montánchez y Tamuja. En el triángulo de oro de esta inmensa región de interior, como vértices Cáceres Trujillo y Mérida, nuestros pueblos nos regalan tiempo, posibilidad de contemplar, acariciar el alma en cada paseo, comer a bocados los mejores manjares con el olfato, saborear a fuego lento, retener en la mirada la sorpresa, volcar de forma loca tus ilusiones, proyectos y opiniones con tus nuevos vecinos al amparo de un buen vino y del mejor jamón. Sentarse al fresco, sentirse salpicado del polvo de miles de estrellas que florecen cada noche en este inmenso cielo de la comarca e incluso disfrutarlo desde el Balcón de Extremadura. En el aire piruetas de olor: el del pasto seco, a pisto y escabeche. En la mesa ensalada de canónigos, secreto ibérico, crema de queso, pan de Viena, vino del tejado.

Sierra de Montánchez y Tamuja abandera los paisajes gastronómicos. Llano, dehesa y sierra mezclando la naturaleza a la huella de sus pobladores, costumbres ancestrales y, como resultado, colocan en la despensa los mejores manjares. Tan a tu alcance esta enorme alacena con jamón, queso, higo, vino y aceite.

Despierta una mañana cualquiera, recorre descalzo los suelos cerámicos que cuentan mil secretos, has dormido bien arropado por sus inmensos muros y ahora, cuando te saluda el día, subes a la sierra para recorrer la ruta de los molinos o refrescarte con el rumor del agua por la carpintera o a la sombra de una hermana, contemplar la grandiosidad de la Terrona, la Nieta o la Solana, inmensas encinas reinas de nuestras dehesas. Y queda tiempo para curiosear el cortejo del somormujo en alguno de nuestros pantanos como el de El Gallo. Chapoteando te refrescas y vuelves a casa para desayunar, pan, aceite, jamón y, en la cocina, una inmensa fuente de higos que poco a poco desaparece a causa de manos traviesas y paladares educados.

Los alojamientos rurales de Sierra de Montánchez y Tamuja ofrecen en sus instalaciones piscinas en enclaves únicos, espejismos de agua cristalina,tan en soledad que casi no parece real. Huele a láudano de jara, el sol ha subido, empieza la vida en las terrazas, tomarse los vinos, aplaudir el pincho.

El silencio de las tardes para siestas, baños o reuniones de cocina, lecturas insospechadas o simplemente tú. En nuestra comarca te intrigará la vida de los vettones, los misterios de la Basílica visigoda, la Vía de la Plata, órdenes militares,la Trashumancia y sus cañadas ,estancias inesperadas de Carlos V…

Sin prisa, todo sin prisa. Tiempo para disfrutar tu tiempo.

Tranquilo, Fresco y Rico, un verano de ensueño.