En un mes de vaivenes políticos y sanitarios y también de luces y sombras en lo social, en lo cultural y hasta en lo deportivo, lo más duro de la pandemia estaba ya pasando, pese a que por momentos algunos datos indicaran lo contrario, con el incremento de positivos en Extremadura en el intermedio de abril.

Leer que había comenzado a vacunarse la franja comprendida entre los 70 y los 79 años era un buen inicio del mes de las flores. Era el arranque de la Semana Santa, pero por segundo año la celebración estaba lastrada por los efectos el maldito virus. Más allá de lo espiritual, el turismo, lógico, era escasísimo. Las cifras en este emergente sector en ciudades como Cáceres, Mérida, Plasencia o Trujillo (en los últimos años en plena expansión) daban pena en unos tiempos duros, en los que, al menos, nos podíamos consolar con el nuevo trabajo de Robe y sus músicos extremeños, Mayéutica, que enseguida batió los mejores registros. El placentino sigue en forma en el año en el que se suspendió la gira del mítico Extremoduro ante las circunstancias, las malditas circunstancias.

Festejamos todos que los sanitarios, grandes héroes en los tiempos que corren, presentaran cifras de menos contagios en la región, un consuelo siempre voluble en función de las estadísticas, igualmente imprevisibles. Importante fue que conociéramos en la primera semana que estaban a punto de llegarnos un total de 20.000 vacunas. 

Y todo ello, en medio de lo que revelaba este periódico, nada halagador: 15 años, Extremadura perderá cerca del 10% de su población. La España Vaciada, expresión que se puso después de moda. Insospechadamente, una estadística llamaba poderosamente la atención: la comunidad tenía ya mejores números en descenso del paro que antes del inicio de la pandemia. En el horizonte buenas sensaciones.

Abril fue también el mes de la definitiva confirmación de que el proyecto del templo budista en Cáceres será, salvo accidente en forma de sorpresa impredecible, una realidad, aunque haya que esperar aún un par de años para los trámites y las obras en el Cerro Arropé, en los alrededores de la ciudad. Para los escépticos (que los había) ya hay firmas de por medio y un terreno preparado para ello. ¿Será otro reclamo turístico real? El tiempo lo dirá.

La propia ciudad extremeña conocía, en el otro lado de la moneda, que el otro gran proyecto, este desde luego más polémico, daba dos pasos hacia atrás, ya que los estudios técnicos sobre la mina de Valdeflores denegaban que se siguiera investigando el terreno para la extracción de litio. Una muesca más. El pleito con Infinity estaba más que servido por entonces (y por ahora).

La incidencia del virus subía y bajaba de la manera más inexplicable, de norte a sur, de este a oeste de la comunidad. 22 puntos más a mediados de mes, lo que hizo que localidades como Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Zarza de Granadilla, Madroñera, Salvaleón o Salvatierra se cerrararan. Avanzado abril se confirmó lo que todos podíamos presagiar en función de la deriva: el cierre perimetral se ampliaría hasta el 9 de mayo.

Dentro de los brotes verdes, noticias como el inicio de las obras de la estación de trenes de Cáceres hacían insuflar ánimo, aunque la incredulidad de la gente en relación al transporte ferroviario ha adquirido ya niveles evidentes y sonrojantes por todas las promesas incumplidas por los políticos. Pero algo es algo en el mes en el que se cumplía un año de la desaparición de Rosalía, vecina de Castañar de Ibor

La vacunación cogía un buen ritmo, decían los números, pero aún quedaba mucho: solamente el 30% de los adultos tenían una dosis puesta. Mucho que hacer aún.

En la universidad, mal dato: uno de cada cuatro estudiantes lo deja, según un tema dominical que publicaba este diario.

Deportivamente, el Cáceres ascendía peldaños hacia el liderato de la LEB Oro y el Al-Qázeres seguía en barrena. Significativo fue que el Extremadura se enfrascara en problemas de diversa índole, aunque en lo deportivo su temporada, como la del Badajoz o el Villanovense, fuera en ese momento muy buena. En Tercera, Cacereño, Montijo y Coria verían un buen tramo de competición, liderando los primeros. Aparte, nuestros olímpicos veían en el horizonte la cita de Tokio con la máxima ilusión.