Nadie podrá decir que las marcas de coches no han respondido al órdago eléctrico de la Unión Europea, que obligará a vender únicamente coches eléctricos a partir de 2035. La gran mayoría de firmas premium y generalistas ya tienen una completa oferta de vehículos de este tipo, cubriendo todos los segmentos y necesidades, y compañías de nicho como Ferrari y Lamborghini, por nombrar algunas, ya tienen firmes planes de electrificación. Ahora es el turno de las administraciones, que deben crear un ecosistema que posibilite la transición, con cargadores y toda una infraestructura adaptada a la electromovilidad. Hasta entonces, solo las ayudas de compra impulsan la electrificación en Europa.

Puede parecer una afirmación rotunda, pero los datos así lo indican. Noruega, que no pertenece a la UE, es el país del mundo con la cuota de mercado de eléctricos más alta del mundo, alcanzando el 63,7% del mercado en 2021 y superando el 70% recientemente. Los más avispados dirán que Noruega no ofrece ayudas para la compra de eléctricos y es cierto, aunque sí una batería de ventajas fiscales para sus propietarios. El gran valor del país escandinavo es su infraestructura de carga, de 17.000 puntos públicos y más de 3.000 de carga rápida.

Para comparar, son aproximadamente 2.000 puntos más que en España para 5,3 millones de habitantes. No se pueden recorrer más de 50 kilómetros en Noruega sin encontrarse con una estación de cargadores rápidos. Súmale eso a una PIB por cápita de casi 80.000 euros -27.057 euros en España- y tienes un ecosistema ideal para el despliegue de eléctricos.

La situación europea

En Europa, los Países Bajos es el país con una mayor cuota de mercado para eléctricos, del 19,8% al cierre de 2021, un 0,5% menos que en 2020. Curiosamente, es el país con más cargadores de la UE, 90.284, un 29,4% del total en el continente. Le sigue Alemania, el tercer país con más cuota de mercado para eléctricos, un 13,5%. Entre ambos concentran el 50% de los cargadores europeos, pero solo suponen un 10% de toda la superficie de la UE. Ambos, además, ofrecen ayudas directas de compra de eléctricos -aunque Alemania sopesa eliminarlas- y ventajas fiscales para el propietario.

Pero, ¿qué ocurre cuando no hay cargadores para alimentar a un parque creciente de coches eléctricos? Pues que la penetración del vehículo eléctrico se resiente. Si, además, el PIB por cápita se reduce en comparación con los ejemplos anteriores y no se dan ayudas, su crecimiento es realmente bajo. Por ejemplo, en la UE, Malta, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Letonia y Eslovaquia son los únicos países que no ofrecen ayudas directas de compra para eléctricos. De estos seis países, cinco cerraron 2021 con una mejora de la cuota de mercado de eléctricos inferior a un 0,5% y cuatro -Bulgaria, Malta, Eslovaquia y Estonia- figuran entre los cinco países con la cuota de mercado de eléctricos más baja del continente.

Dinamarca es la gran excepción, con una cuota de mercado del 13,2%, entre las más altas de la UE, y una mejora entre 2020 y 2021 del 6,9%. ¿Los motivos? Casi 5.000 cargadores para 5,8 millones de habitantes, planes concretos para incrementar esa cifra hasta 300.000 puntos en 2030 y un PIB por cápita de 53.210 euros.

Ayudas, solución para los países con menor PIB por cápita

El resto de países de la UE disponen de ayudas directas para la compra de coches eléctricos, siendo Croacia y Alemania los que más aportan, hasta 9.000 euros en ambos casos, y España uno de los que ofrece más incentivos en total, aunque la economía española y su escasez de de cargadores relegan a los eléctricos a una cuota de mercado del 2,7%, siempre con datos de 2021, un 0,7% más que en 2020. En todos los casos, excepto Eslovenia, que mantuvo el 3,3% de cuota en 2021, y los Países Bajos, que perdió un 0,5%, la cuota de mercado de estos vehículos creció en más de un 0,5%, quedándose solo España y Polonia por debajo del 1% y solo Grecia, Croacia y Hungría por debajo del 2%.

Según datos de Jato Dynamics, la media de crecimiento de la cuota de mercado para coches eléctricos fue del 4,1% y ya se sitúa en el 10,3% impulsada por Alemania, Austria (13,8% y con ayudas de compra), Dinamarca y Luxemburgo (10,3% y con ayudas de compra). Es imposible saber cómo estaría evolucionando la penetración del coche eléctrico si ningún país ofreciera ayudas directas de compra, pero los datos indican que, sin ayudas, solo los cargadores convencen al usuario.

Según ACEA, la patronal europea de fabricantes de automóviles, las ayudas son clave para el despliegue de eléctricos porque el PIB per cápita es crítico en este aspecto, hecho que explica por qué los países que no ofrecen ayudas directas de compra ven ralentizado el despliegue de coches eléctricos. “Los países con una cuota de mercado inferior al 3% tienen un PIB per cápita medio por debajo de 17.000 euros”, explica la patronal. “Es más, los cinco países con la cuota más baja también tienen pocos cargadores, menos del 1% del total de la UE”. Paralelamente, dice ACEA, “los mercados con una cuota superior al 15% tienen un PIB por cápita superior a 46.000 euros

Desde ACEA reclaman “incentivos apropiados para estimular las ventas a largo plazo y fijar objetivos de infraestructura de carga para cada país” como medidas para superar las barreras que dificultan la transición hacia la electromovilidad. Las marcas han respondido y los usuarios quieren dar el salto. Ahora es el turno de la administración, siempre rápida en el momento de legislar pero muy tímida en el momento de apoyar al consumidor.