A la hora de crear un supedeportivo único, potente e imbatible, la potencia no lo es todo. En el mundo de la competición los ingenieros trabajan codo con codo para crear obras de arte y mecánica sobre ruedas. Para ello, diferentes departamentos aportan sus conocimientos en materia de telemetría, motorizaciones, aerodinámica y diseño, entre muchas otras divisiones. Como prueba un botón: el Maserati Proyect24. Un prototipo de serie limitada que mejora al Maserati MC20, si eso es posible.

Solo 62 unidades saldrán de fábrica, con el MC20 como base perfecta para el desarrollo de un supedeportivo pensado exclusivamente para circuito. Su motor V6 Nettuno de última generación ha sido vitaminado con dos nuevos turbocompresores hasta alcanzar los 740 CV de potencia. Si quieres coches más potentes los hay, pero pocos superan la relación peso-potencia de 1,68 kg/CV conseguido tras adelagazar al MC20 hasta los 1.250 kilogramos.

Es un 3.0 litros con tecnología Twin Combustion que se combina con la tracción trasera y una caja de cambios secuencial de competición, con 6 velocidades que solo unos pocos afortunados podrán accionar mediante las levas tras el volante.

Un animal de circuito

Este prototipo, ideado para batir récords en los trazados europeos, incluye una suspensión de vanguardia, cambios en el sistema de frenos carbocerámicos y neumáticos específicos para la competición. Además, le han añadido componentes de carreras como el extintor de incendios, un depósito de combustible FT3 de 120 litros, ventanas delanteras y laterales de Lexan y la estructura antivuelco, todo ello aprobado y homologado por la FIA.

La cosa va fuerte y es que desde el Maserati Centro Stile, no querían dejar nada al azar en este prototipo. En el interior de este bólido de 2,20 metros de ancho por 1,22 de alto, encontramos un chasis monocasco ultraligero producido en fibra de carbono. Un material que se repite en la carrocería de fibra de carbono, que suma componentes de fibra natural y apéndices exclusivos para la aerodinámica en el circuito. Sorprende, por ejemplo, la tecnología utilizada para que los alerones traseros y delanteros sean multiajustables.

No han escatimado un céntimo en el apartado dinámico, con pinzas de frenos de competición y discos Brembo CCMR (carbocerámicos) con sistema de refrigeración a medida. Un aire que también pasará a través de las llantas de aluminio forjado de 18 pulgadas con sistema de bloqueo central y unos neumáticos de competición como única opción posible para tal máquina.

En el apartado de la suspensión, Maserati apuesta por un doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual, amortiguadores ajustables y barras estabilizadoras en el eje delantero y trasero. Además, del diferencial trasero autoblocante mecánico. Una dotación que, como decimos, no está homologada para carretera pese a contar con equipación de confort y conectividad de vanguardia como el volante con la pantalla integrada, la cámara de visión trasera, el aire acondicionado y todos los sistemas de tracción y ABS ajustables.

En su interior, la deportividad se eleva a otro nivel con la instalación de asientos baquet (opcional para el pasajero), pedales de competición ajustables, columna de dirección de competición, cinturón de 6 puntos, volante de fibra de carbono, registro de la telemetría, panel de control y sistema de adquisición de datos, monitor de optimización del rendimiento de conducción (opcional) y sistema de control de la presión de los neumáticos (opcional).