El Audi RS 5 Sportback es todo un superdeportivo y debería ser entendido como tal. No es la versión más cómoda ni más eficiente del modelo, ni por asomo, ya que sus virtudes residen en su motor y dinamismo. Es por eso que esta berlina premium no debería ser la opción de los que busquen un coche lujoso y exclusivo para moverse por ciudad y autopistas. Este es un coche para los que les gusta divertirse, y mucho, al volante. Y si puede ser en circuitos, todavía mejor.

El RS 5 Sportback es extremo desde todas sus vertientes. Es estéticamente imponente, agresivo, afilado, mecánicamente radical y económicamente muy caro. Cuesta 105.010 euros y cada extra, muchos como el diferencial deportivo del eje trasero o la suspensión adaptativa son imprescindibles para sacar su máximo rendimiento, incrementará el precio sin piedad. Eso sí, por esa cantidad, el RS 5 se muestra como uno de los superdeportivos más completos por todo lo que ofrece.

Su diseño parte del visto en el elegante A5, pero suma paragolpes más agresivos, con entradas de aire enormes, un difusor trasero tan atractivo como funcional, dos salidas de escape ovaladas bastante llamativas y unas llantas de 20 pulgadas que protegen sus frenos, opcionales, carbocerámicos, con los que se puede rodar en circuito sin temor a fatigarlos. Además, presenta unos pasos de rueda ensanchados, para encajar sus neumáticos de tamaño 275/30. Es un gira-cuellos de manual.

El interior destaca por sus asientos deportivos RS tapizados en cuero napa, el Alcántara del volante o el acabado, opcional, de fibra de carbono, que también añadirá detalles en ese material en el frontal, los faldones laterales y el difusor trasero, además de un pequeño alerón sobre el portón del maletero. La accesibilidad es buena, pese a su escasa altura y los asientos son tan envolventes como cómodos, todo un acierto. Las plazas traseras cumplen para adultos altos sin problemas en cuanto a espacio, aunque podrán tocar con la cabeza en el techo. Su maletero, de 430 litros, ofrece espacio para maletas grandes y la compra de toda la semana.

Casi de carreras

Aunque en modo confort puede ser realmente dócil, el tarado de su suspensión lo hace incómodo incluso en su configuración más blanda. Además hay que tener en cuenta que su consumo solo bajará de 9.5 litros si se conduce con extrema suavidad. Para disfrutar del RS 5 Sportback es mejor olvidarse del consumo, activar el modo RS1 o RS2, ambos personalizables, en sus configuraciones más extremas y acelerar.

Es entonces cuando su V6 de 2.9 litros y doble turbo libera sus 450 CV de potencia y 600 Nm de par máximo para alcanzar los 100 km/h en 3,9 segundos. La patada inicial es casi violenta y no pierde fuerza ni a bajas revoluciones ni, por supuesto, en altas. El cambio es rápido y muy preciso  y al jugar con las levas te permite incluso llegar al corte de inyección. Pero no todo es velocidad, es dinámicamente muy convincente pese a pesar casi dos toneladas. Enlaza curvas con extrema facilidad y su dirección es muy directa y transmite bastante. Es muy difícil llevarle al límite, incluso quitando el control de tracción. La sensación es que siempre puede dar más, mucho más.