Vivió la Guerra Civil durante su adolescencia y guarda entre sus recuerdos historias (muchas trágicas y algunas alegres) con las que, dice, podría escribir un libro. Pilar Utrera Ulloa acaba de celebrar sus 100 primaveras y su memoria sigue muy activa. Es una de las extremeñas centenarias (no son pocas) que vive en Extremadura. Es vecina de Moraleja, donde conserva amistad con todo el pueblo. En su casa siempre hay alguna visita.

- ¿Qué recuerdos le vienen de la infancia?

- Mi infancia no fue buena porque a los nueve años me quedé sin padre, él tenía 38. Entonces pude estar en la escuela solo hasta esa edad. Se quedó mi madre viuda con tres hijos, y yo la mayor de ellos, así que me tuve que poner a trabajar en lo que pude.

- Ha hecho de todo, ¿no?

- Al principio cuidaba de niños pequeños, pero yo he trabajado en todos los palos que había que tocar: he fregado la iglesia, he fregado las escuelas, he trabajado en la tahona muchos años, he limpiado tripas para hacer embutidos...

- Toda la vida trabajando, ¿pero ha cotizado alguna vez en la Seguridad Social?

- Como yo trabajaba por mi cuenta, pues eso nunca lo hablé, quizá si lo hubiese hablado... Lo que cobro ahora mismo es la pensión de viudedad.

A los 9 años me quedé sin padre.Dejé el colegio para trabajar

- ¿Le habría gustado poder seguir estudiando?

- Ya lo creo que me hubiera gustado. Las maestras me decían que bien buena que era, pero como me tuve que salir a los nueve años para trabajar cuando murió mi padre, pues a ver... Pero me hubiera gustado aprender más. Yo no sabía ni escribir, entonces estaba trabajando en un parador y a la hora de la siesta me iba siempre a una escuela que llevaba una señora mayor para aprender. Y aprendí para mandarle cartas a mi novio. Desde entonces sé. Escribo mal, pero escribo.

- ¿Cuántos hijos ha tenido?

- He tenido tres partos pero cuatro hijos, porque dos fueron mellizas. Una de ellas se me ha muerto a los 58 años.

- ¿Qué tienen ahora las nuevas generaciones?

- Muchas cosas, no es como antes que nos teníamos que aguantar con lo que había. ¿Qué qué tienen ahora las jóvenes? Libertad, independencia... es que antes no podías ir a ningún sitio, no se podía hacer ni decir nada. Ahora es que la vida es mucho mejor.