Petri García Halcón tiene 74 años y procede de la localidad cacereña de Galisteo. Es la presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas de Cáceres, que se integra en la federación nacional.

- ¿A qué se ha dedicado?

- Estudié Magisterio, pero no ejercí nunca.

- ¿Por qué?

- Me casé con mi novio, que era médico y nos vinimos a Alagón del Río, que antes era Alagón del Caudillo. Esto era un pueblo de colonización, tuve dos hijos y me quedé en casa cuidándolos.

- ¿Qué hubiera pasado si hubiera nacido en esta época?

- Que hubiera ejercido de maestra, seguramente sí. Los tiempos no son los mismos. Antes no existían tantos medios como ahora, por ejemplo, solo había agua en las casas dos días a la semana, el resto del tiempo teníamos que ir al río a buscarla. Era complicado llevar la casa y los hijos. Ahora hay lavadora, frigorífico...

- Otro obstáculo es que los hombres no se implicaban en esas tareas de la casa y los cuidados, ¿no?

- No se implicaban porque no podían, al menos en mi casa. Mi marido a lo mejor se implicaba en hacer una migas y siempre las tenía que terminar yo porque entonces la medicina tampoco era como ahora, antes el médico de cabecera era el médico que estaba todo el día y a todas horas. Y como llevaba cuatro pueblos de colonización, cuando no había urgencias de un lado, había de otro. Entonces se ponía a hacerme las migas, llamaban por esa urgencia y me tenía que abandonar.

- ¿Qué piensa de cómo ha evolucionado el papel de la mujer?

- Que la evolución ha sido muy buena, que es mucho mejor lo de ahora.

- ¿Por qué se ha producido?

- Gracias a la lucha de las mujeres, porque las mujeres no nos hemos callado, no hemos dejado pasar ni una, hemos dicho que si yo también estoy trabajando fuera, tú participa en este cambio, en esta ayuda. Si yo estoy trabajando y tú también, pues después compartimos las tareas de casa. Si llega ella antes, pues que haga la comida, pero si llega él, pues que sea él. Y si él tiene que tender la ropa, pues que la tienda.

- Si la mujer trabaja significa que tiene su propia economía, ¿qué implica?

- Bastante más libertad, y eso influye. Tienes la seguridad de un sueldo, por lo que no estás tan supeditada. Esa es otra de las ventajas de las mujeres de ahora.

- ¿Contra qué debe luchar ahora la juventud? ¿Qué defecto ve en los jóvenes?

- Lo veo más en los padres que tienen hijos pequeños, porque les favorecen en todo. Que quieren esa maquinita, pues se la compramos, para que no sea inferior a otro, y eso hace que crezcan sin valores. Hay que poner límite para que sean responsables de lo que hacen y de lo que piden.

- ¿Eso afecta a la igualdad de oportunidades?

- Claro, porque si estoy acostumbrado a no sentirme responsable de mis actos, me da igual lo que le ocurra a la persona que tenga al lado.