Dorotea Izquierdo Sánchez nació en el País Vasco en 1965. Hija de emigrantes extremeños, regresó a Badajoz cuando era una niña. Es Ingeniera Informática y forma parte de la directiva de Indra Producción de Software en la capital pacense. A su vez preside una organización que busca visibilizar a la mujer en el ámbito científico-tecnológico: Woman Space. 

-¿Considera haber roto barreras?

-Claro, como todas las mujeres hacemos a diario. Profesionalmente, estoy muy orgullosa de haber contribuido con mi trabajo en Indra a que la Industria del Software se haya consolidado en Extremadura. Personalmente estoy muy satisfecha de haber criado a mis hijas, trabajando a tiempo completo. Conciliar en Extremadura tiene ventajas, pero es complicado. 

-¿Por qué existe el techo de cristal?

-Porque la toma de decisiones que no se basan en criterios objetivos, perjudican a las mujeres. Lo órganos de decisión están compuestos por hombres y son los que hacen que ellas no entren en la ecuación. Algunas veces por desconocimiento y otras veces porque se sienten amenazados. Un ejemplo, en la última oposición a la judicatura, 2021, De los 188 nuevos jueces, 134 son mujeres y 54 son hombres, y esto es así desde hace muchos años. Sin embargo, en los órganos de decisión seguimos siendo minoritarias. El Tribunal Supremo está compuesto por el presidente del Tribunal Supremo, el vicepresidente, los cinco presidentes de sala y setenta y cuatro magistrados. De ellos, diez son mujeres, lo que supone un 12,34% del total. Pero parece, en algunos discursos, patriarcales y condescendientes, que el techo de cristal nos lo autoimponemos las mujeres, o conscientes de que existe no lo peleamos, nada que ver con la realidad.

-Es la presidenta de una asociación de mujeres científicas, ingenieras, tecnólogas, divulgadoras…¿qué buscan a través de Woman Space

-Poner en valor el papel y el trabajo de las mujeres. Para ello hay que cambiar el discurso paternalista y condescendiente sobre la presencia de mujeres en ciencia, ingeniería y tecnología. El talento no tiene género, no se puede cuestionar las capacidades y el trabajo de ellas. Hay que romper estereotipos.