Marga Sánchez (Montánchez, 1973) fue asesora de formación al profesorado en la Consejería de Educación hasta el curso pasado y enseña francés en Alcuéscar. Cree que poco a poco la coeducación se va implementando en la región pero afirma que aún queda camino por hacer.

-¿Por qué decidió dedicarse a la enseñanza? 

-Pues aunque mi vocación era ser médica e hice el bachillerato por ciencias, me decanté finalmente por estudiar en Filosofía y Letras. Me apasionaba la literatura. Todavía no sabía que quería ser profesora. Eso llegó después de la carrera, al concederme un lectorado en Francia. Ahí descubrí que me gustaba la docencia y el aula.

-¿Está el profesorado lo suficientemente formado para dar una perspectiva de género? 

-Rotundamente no. La educación es fundamental para la igualdad de oportunidades en ambos sexos y, sin embargo, en la formación inicial y permanente del profesorado la coeducación no es una línea imprescindible. Al profesorado le falta hacer una revisión conjunta de los currículos de las asignaturas e introducir la presencia y el papel de las mujeres a la contribución del conocimiento.

-¿Cree que ha mejorado la situación en los últimos años? 

-Sí. En concreto en Extremadura, desde hace un par de años, se le está dando más espacio a los cursos sobre coeducación, educación afectivo-sexual y ya es obligatorio desarrollar un Plan de Igualdad en cada centro educativo. 

-Usted enseña lengua francesa, ¿qué opina del lenguaje inclusivo?

-El lenguaje inclusivo trata de nombrar sin discriminar y sin excluir. Por ello no solo se utiliza para hacer visible a la mujer, sino también hace referencias a las pautas para referirse a personas con discapacidad, desde el respeto y la corrección. Por esa razón yo prefiero utilizar el término lenguaje no sexista cuando utilizamos los recursos que nos ofrece la lengua para visibilizar a la mujer, sin tener que repetir los dobletes del sufijo o/a, que resulta poco operativo.