Miriam Al Adib (Almendralejo, 1977) es una de las ginecólogas más reconocidas del país y con su labor divulgadora y sus libros promulga todo lo que aún desconocemos de nuestras vaginas y de nosotras mismas.

-¿Existe el Punto G?

-“Punto G” así ,como punto, no existe pero sí existe esa área de mayor sensibilidad a escasos centímetros de entrar a la vagina ¿por qué? Porque estás tocando la zona interna del clítoris.  

-¿Qué mitos inciertos se siguen creyendo sobre la sexualidad femenina?

-Buf, he tenido que escribir dos libros para hablar de todos esos mitos. Lo que pasa es que se simplifican muchísimo las cosas, de una forma que lo que hace es perpetuar esos mitos. Actualmente se confunde libertad sexual con hipersexualización, que al final no deja de ser una forma también de desconectarnos de nuestra sexualidad. Es esa visión distorsionada de la sexualidad femenina, donde las mujeres están completamente cosificadas. Existen muchísimas disfunciones sexuales porque hay de fondo una insatisfacción. 

-¿Usted cree que las relaciones predominantes siguen siendo “coitocentristas”?

-Sí. Las relaciones predominantes son limitadas a partes del cuerpo que son pene/vagina, limitada a prácticas que son coito y limitadas a los estereotipos hombre/mujer, hombre rol activo y mujer rol pasivo. Tal es así que muchas personas piensan que si no ha habido coito es que no ha habido sexo .

-¿Hay diferentes categorizaciones sobre el orgasmo femenino?

-A ver, el orgasmo es una experiencia subjetiva. Digamos que es la última fase de la respuesta sexual donde hay una excitación, una meseta y luego el orgasmo, fase de resolución. El orgasmo no se puede dividir entre si es orgasmo de aquí o de allí, pero sí es cierto que la experiencia del orgasmo y de toda la relación al completo puede enriquecerse de diferentes maneras a gusto de cada quién.

-¿Siguen siendo las relaciones sexuales lésbicas las grandes desconocidas de nuestro imaginario?

-Puede ser, porque son menos visibles en el cine y en la literatura, lo cual no significa que el imaginario heterosexual esté acertado. O sea, que esté más visibilizado no significa que esté bien visibilizado ni bien imaginado porque todavía hay parejas que piensan en el coito como se ve en el cine.

-¿Cómo han afectado los tabúes al autoplacer femenino y a la propia salud de la mujer? 

-Todo lo que sea “no toques, el placer es malo”, todo eso impide el desarrollo psicosexual normalizado y sano. Si tú tienes una zona de tu cuerpo silenciada y tiene baja representatividad en el cerebro esto puede afectar negativamente a tu sexualidad. Si tú asocias que esa parte del cuerpo no es digna ni de ser mirada ni tocada puede ser que cuando tú quieras conectar con otro cuerpo pues no conectes bien con la experiencia sexual.