MUJERES QUE HACEN EXTREMADURA | CUIDADOS | Saray Pizarro Educadora Social

«El patriarcado hace que la mujer con adicción esté más estigmatizada»

Saray Pizarro.

Saray Pizarro. / SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Saray Pizarro (Plasencia, 1996) sabía que su vocación estaba en las personas y, tras hacer las prácticas del ciclo de Promoción de Igualdad de Género en Centro Hermano descubrió que su meta era trabajar para ayudar a esas personas con adición. Estudió Educación Social, cuyo proyecto final fue ‘Juventud y juegos de azar. Un enfoque desde la perspectiva de género’, y sigue formándose con el máster de Trabajo Social. Ahora ha cumplido esa meta de trabajar en Centro Hermano, de Cáritas Diocesana, en Badajoz: «Ahora solo quiero seguir formándome en este sector, seguir aprendiendo y ayudando», cuenta. «Me llena mucho sentir el agradecimiento que muestran, simplemente por que sean escuchados».

¿Cómo se puede trabajar por la igualdad de género dentro de la educación social?

La igualdad de género se debería trabajar en todas las profesiones y ámbitos de la vida, debería ser algo básico. Es un derecho fundamental, recogido en la Constitución. Debería trabajarse desde la infancia para que luego, de mayores, no nos cueste interiorizarlo tanto. En la educación social, se trata de inculcar esa perspectiva de género en todas las actividades que hagas.

¿Existe aún más estigma sobre la mujer con adicción?

Mi experiencia no es muy grande, llevo un año, pero he observado algunas cosas. Creo que existe un estigma mayor sobre la mujer con adicción, hay una brecha de género ahí bastante grande.

¿A qué puede deberse?

Vivimos en una sociedad que, aunque ha avanzado, sigue siendo misógina y el sistema sigue siendo patriarcal. Eso hace que sea mucho más complicada la realidad de mujeres con adicción en general. La mujer sigue teniendo ese rol de cuidadora. El hecho de que una mujer en vez de acompañar a la persona con adición sea la que necesite ser acompañada, es algo reticente a entender. Eso puede llegar a que la mujer tenga más complicaciones para acceder a un centro y buscar ayuda y acompañamiento.

¿Hay culpabilidad?

Sí. En numerosos estudios se comprueba que cuando las mujeres consumen, generalmente, lo hacen solas. Los hombres suelen hacerlo en compañía. También se habla de la crisis de los cuidados, ahora que la mujer se ha incorporado al mercado laboral hay un hándicap para cuidar a personas dependientes. Incluso las mujeres mayores que necesitan ser cuidadas siguen cuidando a sus nietos. Todo eso genera que se culpabilice a la mujer. Y ellas se culpabilizan por ese rol de cuidadoras. Tenemos que ser perfectas y no salirnos de la norma. Sigue estando peor visto que consuma una mujer a que consuma un hombre porque estamos acostumbrados por tradición a que sean ellos los que salen, beben… las mujeres se quedan en casa. El hecho de que la mujer salga chirría. Eso las limita. 

¿Cómo puede afectarles esto?

Por lo que he podido ver, creo que son menos las mujeres que acuden a los centros que los hombres y eso no significa que haya menos mujeres con adicciones. Si acuden, suelen ser acompañadas de otra mujer, una amiga, una hermana... He notado que cuando los hombres vienen buscando ayuda, los acompañan otras mujeres. Pero a ellas les cuesta venir, hay menos mujeres que acuden y tienen esa valentía. El estigma afecta.