Diana Calderita (Coria, 1984) ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en la radio. «Es más justa que la televisión a la hora de valorar la profesionalidad de quien está», explica. «Nadie te juzga por cómo vistes o tu aspecto físico y con la voz los profesionales de la locución pueden tener el mismo tono durante 20 o 30 años», así «es más sencillo encontrar a mujeres de más trayectoria, como pasa en prensa escrita», añade.

Las mujeres ocupan un porcentaje pequeño de las direcciones de los medios informativos en España, ¿estamos lejos de romper el techo de cristal en el sector?

Estamos todavía lejos. Rozamos el 20%, menos de un cuarto. Es importante que las mujeres que somos profesionales nos quitemos los roles de género (crianza de hijos, el hogar…). Por tradición, decidimos relegarnos y tenemos muchas cargas psicológicas. Además, veo un retroceso en la sociedad y creo que tiene mucho que ver con los discursos de extrema derecha. Lo que sí veo es que hay mujeres en cargos intermedios: editoras de informativos, coordinadoras… Son cargos que permiten tener más relevancia en tu trabajo sin descuidar tu vida personal. A mí me han preguntado en muchas ocasiones que, con mi edad, por qué no estoy siendo madre, no creo que nunca a mis compañeros se lo hayan preguntado.

Una mujer, ¿termina escogiendo entre su carrera y ser madre?

Yo, por ejemplo, querría haber sido madre hace diez años, con treinta. Pero tengo cuarenta. Si hubiera sido madre hace diez años no habría dirigido un informativo matinal de máxima audiencia dos años enteros, mi carrera profesional se habría frenado. Yo quería hacer cosas muy importantes vinculadas a mi desarrollo profesional y al final he tenido que congelar otras situaciones.

¿Cómo nos afecta la idea de la ‘superwoman’?

La cuestión es la figura de la 'superwoman' que nos han vendido ciertas revistas de corte neoliberal: mujeres con un tipazo después de parir, que siempre están de buen humor y son las mejores en su trabajo. Yo no quiero ser ‘Wonderwoman 84’, quiero ser alguien normal. Si necesito descansar porque no puedo más, pues no puedo más. No quiero vivir a tope 18 horas al día, paso. Las mujeres que somos buenas profesionales tenemos la sensación generalizada del síndrome de la impostora. Vemos a colegas que a veces dicen barbaridades y no pasa nada. Tenemos derecho al error, no podemos tener el complejo de hacer algo mal y sentir que nos van a vetar por ello.

¿Seguimos discriminadas en los medios de comunicación por la edad?

Sí. Ves los grandes medios de comunicación donde hay chicas tremendamente jóvenes y bellísimas y probablemente muy profesionales, pero están al lado de señores muy mayores. ¿Por qué un señor de 60 años puede seguir siendo un referente de comunicación y una señora no?

Y los roles de género, ¿siguen perpetuándose?

Absolutamente, no solo en medios informativos, también en entretenimientos. No existe una conciencia real de lo que sucede. Todas las grandes corporaciones mediáticas tienen sus campañas de “no a la violencia de género”, pero a la hora de la verdad vemos programas que ponen en entredicho siempre a mujeres que han sufrido violencia.