Un premio con bote tiene para España la victoria sobre Alemania. Suficiente recompensa es ya ganar a uno de los grandes nombres del fútbol, uno de esos equipos que intimida por su abultado historial. Pero en esta ocasión, el triunfo sobre el tetracampeón mundial contiene una prima doble. Para empezar, la clasificación española hacia los octavos de final al cien por cien. Como añadido, ayudaría en mucho a la eliminación de Alemania.

No es un asunto menor despedir al cuadro germano de la competición porque desbrozaría el camino al retirar de la circulación a un enemigo de que esos que suele resucitar cuando parece que agoniza. Batir a Alemania añade prestigio y reforzaría el respeto que obtuvo España en su estruendoso estreno con el 7-0 a Costa Rica.

FIFA World Cup Qatar 2022 - Spain Training. Pedri, en acción, durante un rondo. ALBERT GEA

No menos estruendoso fue el último precedente de los España-Alemania, y que planeará en la cabeza de los participantes del duelo. Es el 6-0 de Sevilla del 17 de noviembre de 2020. Se reencontrarán muchos de aquellos protagonistas, medio equipo por bando, más o menos. Aquella noche España necesitaba la victoria (Alemania tenía suficiente con el empate) para acceder a la semifinal de la Liga de Naciones, y la logró mediante un aplastamiento, certificado en los números del partido: 23 disparos a ¡solo 2! Y un 70%-30% de posesión. Ferran Torres marcó un triplete, pero no a Manuel Neuer, sino a uno de sus suplentes: Bernd Leno.

Invictos desde 1988

España no pierde en partido oficial ante Alemania, aquel viejo ogro imbatible, desde hace 34 años. Desde la Eurocopa de 1988. La Roja se ha sacudido de encima las inhibiciones históricas que tenía, y con dos títulos europeos y uno mundial a partir de entonces ha entrado en otra dimensión. En la de los campeones.

El once de Luis Enrique acude al duelo con la paz de espíritu que confiere la goleada del debut, pero sin la euforia tan peligrosa a la que se abrazaba con cualquier triunfo. La identidad del adversario le impide despegar los pies del suelo. “Solo hemos ganado uno de los siete partidos que esperamos jugar”, recordó Dani Olmo, aprendida la lección, y con la prudencia de conocer bien la capacidad de los alemanes, siendo como es delantero del Leipzig.

 “Yo jugué contra ellos en el Mundial-94 y tenían un poderío físico bestial, en aquella época había una diferencia muy grande”, recordaba Luis Enrique de aquel partido disputado en Chicago. Alemania lucía tres de las cuatro estrellas en el pecho.

Negros recuerdos

”Si alguien sabe competir, si alguien puede cambiar su dinámica, es Alemania”, añadió el seleccionador, admitiendo que la derrota ante Japón condiciona la puesta en escena del rival. Apurado al máximo, solo la victoria le permite depender de sí mismo. Si puntúa Japón ante Costa Rica y pierde con España, se vuelve a casa en el primer vuelo.

Lo sabe perfectamente Hansi Flick, autor del mayor tormento sufrido por el Barça cuando estaba en el Bayern de Múnich y que, convertido en seleccionador, encuentra ante sí a la nueva hornada que trata de enterrar el negro pasado azulgrana. Él, por su parte, pretende cambiar el pasado de la selección alemana frente a España, lacerante en dos episodios concretos: el triunfo de La Roja en la final de la Eurocopa-2008 (1-0, con gol de Fernando Torres) y en la semifinal del Mundial-2010 (1-0, con el cabezazo de Carles Puyol) que reportó los primeros trofeos españoles.

Coincidencias

Flick y Luis Enrique coincidieron en ver muchas semejantes entre España y Alemania, sobre todo las referidas a la voluntad de poseer el balón y mandar. “Es una selección que siempre juega 4-3-3, con el estilo del Barcelona. Tienen unos automatismos muy claros”, analizó el alemán, maravillado por “la increíble calidad” de Pedri y Gavi. “Todo cuadra en España”, admitió.

Flick: "Aprecio mucho a Luis Enrique, tiene equipo joven y de calidad"

Las urgencias, ahora, se hospedan en su hotel. Alemania reside en una de las localidades más alejadas de Doha. Habló el técnico de que se ha preocupado de corregir los errores de sus futbolistas. Mencionó la defectuosa puntería de los suyos –“tiramos 24 o 26 veces y solo marcamos un gol”, lamentó- y deficiencias en el posicionamiento de los futbolistas.

No aludió a la actitud, como la prepotencia exhibida por Antonio Rüdiger, que se rio de un futbolista japonés con unas exageradas zancadas en un balón que se perdía por la línea de fondo y luego fue uno de los culpables en un gol nipón por su nulo rigor defensivo en el área cuando el resultado estaba incierto.