2002 fue una fecha clave para el fútbol en Japón. Ese año, por primera vez en la historia (la actual es la segunda), el Mundial se celebró en suelo asiático y también por primera vez en dos países, compartiendo los nipones la organización con Corea del Sur. Fue una oportunidad para ambas naciones de progresar en el fútbol, en infraestructuras pero también en talento. El vecino coreano alcanzó, de aquella manera, las semifinales, mientras que Japón vivió su tope en octavos de final.

Era, sin embargo, el mayor hito histórico del fútbol japonés, ausente de las Copas del Mundo hasta la inmediatamente anterior, Francia 1998. Hoy, los octavos de final siguen siendo su gran barrera, también alcanzada en Sudáfrica 2010 y Rusia 2018. Si este jueves gana a España (20.00 horas) repetirá en esa ronda e incluso podría hacerlo si empata.

Nada tiene que ver, no obstante, este Japón con el 2002. Entonces, su selección estaba formada por 20 futbolistas que jugaban la liga local, además de Nakata (Parma), Inamoto (Arsenal) y Ono (Feyenoord) y ya eran muchos esos tres 'extranjeros', pues en 1998 no había ninguno. En 2022, en cambio, solo hay seis futbolistas que juegan en la J-League. Y algunos de ellos, como Kawashima, Nagatomo y Sakai, son veteranos que regresan a casa a cerrar sus carreras tras sus experiencias europeas.

Ambición

"Ahora los jóvenes jugadores japoneses tienen la ambición, desde muy pronto, se irse a jugar a Europa a un nivel importante, que era algo que hace unos años no ocurría tanto", explica en conversación con este periódico Ricardo Rodríguez, que ha dirigido las dos últimas temporadas al Urawa Red Diamonds y durante otras tres al Tokushima Vortis.

Japón - Alemania: Los paradones de Suichi Gonda

Japón - Alemania: Los paradones de Suichi Gonda Mediapro

Ganador de la Copa del Emperador y de la Supercopa de Japón, además de finalista de la Champions asiática, Rodríguez considera que esa creciente tendencia del futbolista japonés a emigrar está detrás del crecimiento de una selección que arrancó el torneo derrotando por sorpresa a Alemania: "La mayor afluencia de jugadores a Europa es sin duda uno de los ejes de crecimiento a nivel de selección y de desarrollo de jugadores".

Alemania ha sido, precisamente, el destino predilecto de los futbolistas japoneses. De hecho, hay más japoneses en este Mundial disputando la Bundesliga que la J-League. Un factor curioso que Rodríguez achaca en parte a "una cuestión cultural". "Hay paralelismos en cuanto a la disciplina y hasta en los horarios de vida de la gente. Son factores que invitan a los directores deportivos de la Bundesliga a fijarse más en estos jugadores", desarrolla el mejor entrenador de la liga japonesa en 2021.

Kubo, Gaku, Inui...

En los últimos años, no obstante, Bélgica y Portugal también se han convertido en destinos habituales. Incluso España, aunque ya más maduros a excepción de Take Kubo, fichado por el Real Madrid a los 18 años. Gaku (ahora en el Leganés y presente el Mundial) y Inui (ex de Eibar, Betis y Alavés) son dos buenos ejemplos.

El fútbol en Japón va progresando, en fin, a la espera de que aparezca un jugador referencial capaz de colarse entre los mejores del mundo. "Puede ser que falte una gran estrella para que Japón dé un salto de calidad, pero se puede dar también ese salto a base de tener un equipo competitivo, con un modelo de juego claro e ideas asentadas. Y eso, esta la selección lo tiene", avisa Rodríguez.