Cuando entré a trabajar en esta bendita casa -lo digo en serio, es mi hogar durante más horas al día que las que comparto con mi familia de sangre- hace ya 25 años, el Periódico de Extremadura era el periódico de Cáceres. En una región con dos provincias que ni siquiera han sabido ponerse de acuerdo para reclamar una autovía que acerque a sus capitales, la apuesta de hacer región con una única edición para todo el territorio tenía su consecuencia en Badajoz, que le hacía el vacío. Eso a pesar del intento que en aquel momento su director, Francisco Pérez, con el sostén del Grupo Zeta, hizo por incrementar la presencia de este medio de comunicación regional ya histórico en la ciudad y en la provincia. Entonces éramos seis redactores y dos fotógrafos en la delegación (el doble que en la actualidad), situada en la preciosa primera planta del edificio de la plaza de España, enfrente de la catedral, encima de La Ría (en Carnaval era imposible oír el teclado por la música). El intento fue infructuoso. La venta no crecía y para nosotros, los curritos de a pie, era desolador que el trabajo diario con la información local no tuviese demasiado eco. Nadie quiere escribir para que su trabajo no trascienda, no hay noticias si no se leen y entonces todavía no había redes sociales que amplificasen su cobertura. Sin embargo, no recuerdo que nunca eso restase profesionalidad al contenido del trabajo impreso. La competencia era brutal y por tradición las fuentes informativas acudían a la misma cabecera identificada con Badajoz porque aspiraban a que sus problemas tuvieran más protagonismo. A pesar de este escenario, nunca nos doblegaron los oídos sordos.

Desde que yo estudiaba,

en la universidad era una cantinela continua que el papel tenía los días contados, pero también que el oyente, el lector, el televidente y el espectador exigían información más próxima a su entorno. Las redes sociales han confirmado ambas teorías, aunque el presente siga débilmente a nuestro lado. Coexistimos. El revulsivo de la presencia de el Periódico Extremadura en Badajoz llegó con la aparición, hace ya 16 años, de La Crónica de Badajoz, que para muchos sigue siendo el crónica, por aquella cabecera ficticia que protagonizó una serie de televisión con Belén Rueda. La idea fue apabullante: los mismos contenidos servidos en el Periódico Extremadura en un soporte independiente con más información local, próxima y gratuita. No hay competencia que acabe con ella y la terrible crisis que nos ha atacado a todos, tanto a humildes como a grandiosos egocéntricos, nos dejó tocados pero en pie, haciendo información diaria y cercana, con un equipo que se ha mantenido fiel e identificado con la editorial a pesar de las dificultades -que han sido muchas-, con gente joven que ha madurado en ella. Aquí seguimos, mientras otras cabeceras gratuitas desaparecían. Somos un referente en la ciudad, para sus ciudadanos, colectivos e instituciones. No estamos ni nos sentimos en tierra hostil, porque formamos parte de nuestro entorno, al que cuidamos como propio. Por 95 años más. Que ustedes lo lean. k