Ya desde esa fecha, el diario comenzaba a retratar la historia de la comunidad autónoma, abogando por la mejora de las comunicaciones entre Cáceres y Badajoz, y defendía la construcción de un puente sobre el Tajo, infraestructura fundamental para la conexión de la capital cacereña con Salamanca, un trayecto que hasta entonces debía realizarse en canoa a través del río. En septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado que lo llevaría directamente al poder y que supondría un cambio político importante en ayuntamientos, diputaciones y gobiernos civiles extremeños.

En Cáceres, el nuevo alcalde, Antonio Silva Núñez -definido entonces como modelo de corrección y de justicia-, adoptaría curiosas medidas en favor de la salubridad e higiene de la población, trataría de paliar la escasa vigilancia en la plaza Mayor y dictaminaría la pavimentación de las calles San Pedro y San Antón.

Aunque la crónica periodística de 1924 se centra fundamentalmente en contar todo cuanto rodeó a la coronación canónica de la patrona de Cáceres, la Virgen de la Montaña, la historia de Extremadura no se ciñe únicamente a este acontecimiento religioso. Bien es cierto que la vocación cacereña de los primeros años del periódico hizo que incluso se publicaran a diario largas listas de nombres de ciudadanos que aportaban donativos para sufragar los gastos de la corona, fabricada en oro, plata, brillantes, rubíes, zafiros y esmeraldas en la joyería Granda, de Madrid, y valorada en 150.000 pesetas. El acto se celebró el día 12 de octubre en la plaza Mayor, en presencia del cardenal primado de España y arzobispo de Toledo, monseñor Reig y Casanova.

LOS HARINEROS DE BADAJOZ

En abril, Cáceres tendría un nuevo alcalde, Juan Muñoz y Fernández de Soria, y en junio, el presidente de la diputación cacereña anuncia la aprobación del expediente de obras del puente sobre el Tajo, por orden de Alfonso XIII. Ese mismo mes, los harineros de Badajoz presionan para exigir mejoras. El verano se iniciaría con la inauguración del servicio de alumbrado público en el Paseo Alto y el 11 de julio una comisión de Badajoz gestionaba en Madrid asuntos de interés para las dos provincias. El 6 de agosto un terrible incendio destruye el teatro de Villanueva de la Serena por culpa de una colilla mal apagada y el 25 de septiembre se procede a la inauguración de la nueva sala de operaciones del Hospital Provincial de Cáceres. La creación de una escuela laico neutral de Instrucción Primaria en Badajoz altera, en pleno mes de noviembre, los ánimos del clero, que defiende su inmediata desaparición. El año se cerrará con la designación, el 9 de diciembre, de García Muñoz Torres como nuevo alcalde de la capital cacereña. La primera visita de Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella, a Cáceres, dos años después de proclamarse la dictadura militar en España, fue, sin duda, la noticia más significativa de 1925. Tanta expectación había levantado la visita del 29 de octubre que en el cruce de las carreteras de Trujillo con el camino de Sierra de Fuentes había ya, antes de las 10 de la mañana, una multitud de personalidades que esperaban impacientes la llegada del flamante presidente del nuevo Directorio de España.

De la crónica periodística es obligatorio extractar un párrafo del discurso que Primo de Rivera pronunció a los cacereños desde el balcón municipal: «Hay que olvidar -dijo- la rémora de los pueblos y la carcoma de la gloriosa nación española». Pese al optimismo que el marqués trataba de contagiar a los extremeños, su visita coincidió con una de las peores crisis obreras que tuvieron lugar en la comunidad. En el mes de marzo, cerca de 600 obreros cacereños vagaban pidiendo limosnas y trabajo por las calles de una ciudad donde, curiosamente, más caras se vendían las patatas: a 35 céntimos el kilo. A la esquizofrenia colectiva por la escasez de empleo y las pésimas condiciones laborales se unía la excesiva mortalidad infantil de la provincia, y de la que se hizo eco el gobernador civil de Cáceres, José García. La solución del gobernador pasó por convocar en mayo unos premios para las maestras nacionales que mejor supieran combatir la ignorancia de las madres respecto a la crianza de los niños.

LAS SUBVENCIONES

Las instituciones y el propio periódico se emplearon a fondo para combatir el fuerte y devastador azote de la pobreza. La diputación subvencionó en julio con 10.000 pesetas a los jóvenes labradores pobres e incluso se celebró una novillada a beneficio de los hortelanos damnificados por las tormentas. Mientras, el diario aconsejaba a la gente que comiera miel para vivir más años; el médico José Opero Fernández se ofreció para prestar asistencia gratuita a los enfermos de la beneficencia y la Diputación de Cáceres constituye la comisión antituberculosa por deseo expreso de la reina Victoria Eugenia. Aunque el año se llevó a dos históricos de la política española, Pablo Iglesias y Antonio Maura, también se reservó noticias de contenido más amable como la adjudicación de las obras del puente sobre el Tajo a una empresa bilbaína, el nombramiento de Arturo Aranguren como nuevo alcalde de Cáceres o la declaración del fiscal Diego María Crehuet como hijo predilecto de la capital cacereña.